Terapia de Pareja .....Factores que dinamitan una pareja ..
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Desgaste en la
convivencia, enfrentamiento por el reparto de tareas, peleas por los
niños... Muchos factores pueden dinamitar una relación. Algunas mujeres
se quejan de que sus maridos son poco románticos, aunque en realidad
nunca lo fueron. Psicólogos y terapeutas nos explican cómo evitar los
problemas.

 1. Por falta de comunicación

 "No
te entiende, no te escucha y os estáis distanciando. Vuestras charlas
suelen ser prácticas y rutinarias: se habla de la casa, de los hijos…
¿Conocéis vuestros verdaderos problemas y sentimientos? ¿Cuánto tiempo
hace que no habláis con el corazón en la mano?"

 •La
habilidad más valorada en la comunicación es saber escuchar. Miren
Larrazábal, psicóloga especializada en terapia de pareja y sexualidad,
cree que "hay que practicar la escucha activa y la empatía, e intentar
ponerte en el lugar de tu pareja para entender sus emociones”.

 •
En esos casos es útil un ejercicio de observación que consiste en
decirle al otro lo que nos gusta, porque nos anclamos en lo que nos
desagrada.

 • Para los especialistas es tan grave el exceso
como la falta de comunicación. "La sinceridad sin delicadeza es
brutalidad –dice Larrazábal–. Cuanto más nos importan las personas, más
importantes son las habilidades de comunicación. Hay que aprender a
expresar las emociones de enfado para que no salgan como una bomba, sino
en el momento adecuado y por los motivos justos”.

 • Para
el psicólogo Antonio Bolinches, "las personas maduras no son las que
dicen todo lo que piensan, sino las que piensan todo lo que dicen”.

 2. Por falta de deseo

 "
Estás cansada y nunca te apetece. Por la noche, la combinación de
televisión, "mantita” y sofá triunfan sobre el deseo. Hacer el amor es
lo lo último de la lista, siempre aplazáis el momento y cuando llega
resulta decepcionante, una rutina que deja mal sabor de boca".

 •
Para la psicóloga Roberta Giommi, "si los hijos, el trabajo y la vida
cotidiana sirven de excusa para no hacer el amor, busca huecos o
invéntatelos”. Una posibilidad es dejar a los niños con un familiar y
tomaros un fin de semana juntos o escaparos una tarde. "Permitiros
practicar el sexo como un juego, sin distracciones”, aconseja.

 •
"Solemos pensar que el deseo va a llegar de repente, pero a veces hay
que trabajárselo”, señala Miren Larrazábal. Si no hay aversión, lo
fundamental es no abandonar las relaciones sexuales, darle un espacio a
la intimidad.

 • Además, esta psicóloga destaca la
importancia de evitar que el sexo se convierta en una carrera hacia el
orgasmo. "La finalidad del sexo es dar y recibir placer, sin un plan
preconcebido ni exigencias. Además, es muy importante no culpar al otro
por lo que ocurre, sobre todo porque la crisis puede ser una oportunidad
para redescubrir cómo funciona el placer ahora.

 • Para
ello, "debéis hablar con sinceridad de lo que gusta y de lo que
disgusta. Aunque parezca mentira, muchas parejas no se dicen lo que
piensan por vergüenza”, asegura la terapeuta de pareja.

 3. Por los hijos

 "
Tú eres la madre severa que pone los límites. Él, que suele estar
ausente, se muestra permisivo y prefiere que los niños hagan lo que les
de la gana para no discutir. Sabotea tus normas. ¿O es al revés? Lo
cierto es que estar en desacuerdo os hace daño: siempre estáis
enfadados, discutís y el mal humor trasciende a vuestra relación".

 •
"Los hijos son una fuente de satisfacciones, pero también de conflictos
–explica Miren Larrazábal–. Lo más importante es llegar a acuerdos y no
desautorizarse delante de ellos porque eso está dañando aspectos
fundamentales de la relación”.

 • En su opinión, hay que
trabajar con complicidad, juntos, como un equipo, "ateniéndose a una
especie de manual propio (y negociado) sobre cómo actuar en los momentos
de crisis".

 • Además, la psicóloga recuerda a los padres que, aunque tengan hijos, también son una pareja y no deben descuidar su intimidad.

 •
"Nos hemos vuelto tan participativos y entregados a los niños que, a
veces, todo el tiempo de nuestra pareja se lo come nuestro rol de
padres”, recalca. Antes los hijos se distraían solos, pero ahora llega
el sábado y la pregunta es "¿qué hacemos hoy?”. Para Larrazábal, la
respuesta es clara: "Aunque disfrutemos de nuestro papel no hay que
dejar de tener un ocio y un mundo propio como pareja e individuos, eso
es fundamental”.

 4. Por falta de romanticismo

 "Echas
de menos las flores del noviazgo, los paseos de la mano y las cartas de
amor. Tienes la sensación de que te has convertido casi en su
hermana... ¡o incluso en su madre! Te faltan la emoción, los besos, los
diminutivos… Y es que, a veces, los hombres olvidan que la pasión
femenina se enciende con una buena cena a la luz de las velas".

 •
La falta de romanticismo es un reproche típico de las mujeres hacia sus
parejas, pero el psicólogo Gabriel Baroni considera más efectivo
ofrecer lo que se quiere recibir, que caer en la queja. "Si quieres que
te demuestre su cariño, puedes recibirle en la puerta con un abrazo”.
Baroni anima a cultivar gestos románticos, "aunque sean premeditados”.

 •
Según Antonio Bolinches, una de las cosas que facilita la regeneración
del sentimiento amoroso es "el recuerdo de los buenos momentos y la suma
de los refuerzos positivos que ambos son capaces de procurarse, incluso
cuando están en crisis”.

 • Sin embargo, Roberto Sanz cree
que "muchas mujeres se quejan de que sus maridos no sean románticos,
pero se olvidan de que nunca lo fueron. Les exigen algo que no les van a
dar, y eso conduce a la frustración. Es mejor valorar al otro por lo
que tiene y no por lo que le falta”.

 5. Por infidelidad

 "Uno
de los dos ha sido infiel. Tras la bomba emocional que supone el
descubrimiento de la traición y, a pesar de todo, habéis decidido seguir
juntos, pero nada es como antes. La desconfianza se ha instalado en la
pareja y estáis demasiado heridos como para disfrutar de vuestra
relación".

 • ”La infidelidad se convierte en un problema
grave cuando es descubierta, porque genera desconfianza y rabia, dos
sentimientos que causan estragos en la convivencia”, explica la
psicóloga Miren Larrazábal.

 • Si la pareja decide darse
otra oportunidad, lo primero que tienen que hacer es restablecer la
confianza. Quien haya sido traicionado debe luchar contra la suspicacia y
cortar los interrogatorios morbosos sobre cómo fue.

 • Por
su parte, el infiel debe demostrar que, a partir de ahora, es una
persona en la que se puede confiar, además de expresar el amor que
siente a su pareja.

 • Hay que reconstruir la relación en
positivo, evitando comportamientos destructivos, trabajando el
compromiso, la pasión y la intimidad.

 • El problema con la
infidelidad es que hay personas que no aceptan los límites y las reglas
que implica tener pareja. El compromiso es la firme voluntad de estar
con otra persona y se viola con la infidelidad. Si se acuerda una
exclusividad sexual, hay que mantener la lealtad, que significa que,
aunque exista atracción hacia otros, se elige estar sólo con la pareja.

 6. Por la rutina

 "La
vida te parece una concatenación de sucesos previsibles. Sabes lo que
va a hacer y decir en cada momento; qué va a pasar en Navidad, en verano
y en Pascua; y hasta cómo va a ser el sexo o se van a desarrollar las
discusiones... Te aburres, pero no sabes de qué forma puedes cambiar la
inercia que se ha instalado en vuestras anquilosadas vidas".

 •”La
pareja, para estar cohesionada, necesita estabilidad, pero, a la vez,
para sentirse ilusionada, necesita variedad de estímulos. El arte de
convivir consiste en mantener la estabilidad sin caer en la rutina”. Y
es que, según Antonio Bolinches, en el equilibrio entre lo que conviene
preservar y lo que se precisa innovar está el punto que permite la
convivencia armónica.

 "Conviene no hacer siempre lo mismo,
a la misma hora y en el mismo lugar. Hay que introducir variantes para
evitar que el matrimonio sea la tumba donde enterramos el amor”, explica
el terapeuta.

 • La psicóloga Irene Mejías destaca que la
rutina se combate con pequeños detalles, demostrando el cariño y no
ahorrando manifestaciones de ternura.

 • Mejías nos da unas
pautas: "Ten la certeza de que "a tu edad” también es posible cambiar;
descubre en tu interior cualidades escondidas; deja que las sorpresas
tengan un papel en tu vida diaria; haz una lista de cosas que te
gustaría hacer y compártela con tu pareja”.

 7. Por el dinero

 "Él
te acusa de derrochadora porque te has comprado un abrigo en las
rebajas y tú no entiendes por qué insiste en cambiar de coche cuando
vais tan ahogados con los pagos del colegio del niño y las facturas.
Siempre estáis hablando de dinero, con quejas de lo que se puede y no se
puede comprar o pagar, hasta el punto de generar angustias y reproches
constantes".

 •”En los temas de dinero se esconde mucho más
de lo que aparentemente se está diciendo”, opina Lluis Casado, autor de
"Conflict mentoring” (Bresca Ed.). A su juicio, muchas veces se ponen
en juego las relaciones de poder de la pareja, es decir, creencias
distintas sobre quién tiene derecho a decidir qué.

 • Por
eso es conveniente, en frío, establecer en función de qué parámetros se
van a tomar las decisiones económicas. Por ejemplo, podemos pactar que
la decisión de renovar algo dependerá sólo de su usuario o que las
compras que superen cierta cantidad se tomarán por consenso.

 •
Otra de las cuestiones que se dilucidan es qué valor le otorga cada uno
al dinero. Para ciertas personas es sinónimo de estatus, para otras es
libertad y los hay que ven el ahorro como una forma de seguridad. "Hay
que negociar, pero sin excesiva renuncia de una parte".

 8. Por las tareas domésticas

 "Día
tras día, las tareas del hogar caen sobre tus hombros. Tus hijos y tu
marido lo dejan todo tirado. Te sientes explotada y eso te hace estar
irritable y enfadada con tu pareja, que reacciona a la defensiva,
ofendido por no encontrarse con la dulce novia del pasado".

 •
Según Miren Larrazábal, "el reparto de roles es un tema de género. Para
resolver este problema lo primero que debemos hacer es ayudar al hombre
a que visualice realmente que existe la desigualdad entre los roles de
pareja, y que ésta no es producto de la casualidad”.

 •
Para Larrazábal, "la mujer no es la que limpia y la que cuida a los
niños y a los mayores porque tiene más habilidad con la escoba, sino
porque la sociedad nos ha asignado unos roles de los que somos
cómplices. La mayoría de hombres no se reconocen como machistas y suelen
decir que, para ellos, es lo mismo una mujer que un hombre, pero se
están engañando a sí mismos”.

 • Según la experta, hay que
trabajar desde una perspectiva de género para que se den cuenta de que
esa forma de repartir las tareas, que les beneficia, no es inocente.
Deben ser conscientes de que el cambio no consiste en "yo te ayudo”,
sino en asumir la corresponsabilidad del mantenimiento del domicilio
familiar.

 9. Por la diferencia de intereses

 "A
ti te gustaría ir más al cine o salir a cenar con amigos. Él sólo
quiere ir al campo y tú odias las hormigas. Al final, lo hacéis todo por
separado y tienes la sensación de que no podéis compartir nada, o bien
uno de los dos impone sus intereses y acaba aplastando los gustos del
otro".

 • Las mejores parejas no son las que están siempre
juntas, sino las que desean estar juntas porque están bien, piensa el
psicólogo Antonio Bolinches.

 • La mejor manera de mantener
vivo el amor es concebir la pareja como un espacio común que no debe
ser incompatible con uno privado. Por eso, afirma, "las parejas que
están siempre juntas no están fortaleciendo su unión, sino fomentando su
saturación”.

 • Para los psicólogos, que una pareja pueda estar separada no significa mantener un distanciamiento artificial.

 • "Convivir significa conceder, que no es lo mismo que ceder”, continúa el autor del libro "Amor al segundo intento”.

 •
Las personas que se instalan en una relación basada en la cesión
permanente, además de crear inseguridad, acaban por perder la pareja,
porque dejan de ser atractivas para ella. En cambio, quienes desde la
seguridad hacen concesiones, no sólo conservan más fácilmente su
atractivo sino que, al hacerlo, refuerzan su autoestima y contribuyen a
mejorar el clima de convivencia.

 10. Por la familia política

 "
Tu suegra es omnipresente, o tal vez son tus cuñadas las que se
permiten opinar sobre la decoración y la educación de tus hijos. Además,
tienes la tácita "obligación" de visitar a su madre todos los fines de
semana y la relación con la familia política ocupa gran parte de vuestro
tiempo libre".

 • Una de las premisas que hay tener en
cuenta es que cada miembro de la pareja tiene derecho a seguir vinculado
a su familia, sin que la otra parte se vea obligada a compartir el
mismo grado de vinculación.

 • Arantxa Coca, psicóloga del
programa de La Sexta "Terapia de pareja”, cree que lo fundamental en
estos casos es llegar a un acuerdo previo. "El pacto podría ser: de tu
familia te ocupas tú y de la mía, yo. En la práctica, eso significa que
en los encuentros familiares se pactarán el tiempo máximo y mínimo de
exposición de la pareja o bien del que no pertenece a la familia”.

 •
Para el psicólogo Lluis Casado, "yo puedo estar acostumbrado a que mi
familia se meta en todo y esté constantemente en casa y no entender la
relación tan fría y distante que tienes con la tuya. Y a ti te puede
parecer que mi familia está invadiendo nuestra intimidad. Somos
diferentes, pero no hay que asustarse de la discrepancia porque se trata
de algo necesario en cualquier relación”


Categoría: Terapias | Agregado por: ADMINISTRADOR (20.de Septiembre.2011)
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