Instrucciones para llorar.. El llanto !
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Instrucciones para llorar.

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de
llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que
insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u
ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido
espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el
llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar,
dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por
haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato
cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no
entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará  con decoro el rostro
usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga
del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración
media del llanto, tres minutos.

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Llorar siempre será bueno

Es la mejor válvula de escape para cualquier emoción. Las lágrimas pueden enfermar tanto el cuerpo como el alma.


La risa y el llanto tienen muchas cosas en común, entre ellas, y la más
obvia, es que son contagiosos. La risa genera endorfinas, pequeñas
proteínas popularmente llamadas de "la felicidad". Las endorfinas actúan
como neurotransmisores aumentando los niveles de células T, refuerzan
el sistema inmunológico del organismo.   
Algo similar ocurre con el llanto. Llorar nos hace liberar adrenalina,
una hormona que segregamos en situaciones de estrés, y noradrenalina,
que actúa como neurotransmisor y tiene un efecto contrario al de la
adrenalina. Cuando lloramos, eliminamos estas hormonas, lo que produce
una sensación de desahogo y tranquilidad. Un ejemplo de esto es que,
después de derramar algunas lágrimas, tanto niños como adultos se quedan
dormidos.


La mejor válvula de escape

También  es la mejor válvula de escape para cualquier emoción intensa y que nos sobrepasa en un momento dado. Cuando rompemos a llorar, las emociones se liberan como si las hubiéramos tenido atrapadas en una olla a presión.


El llanto es parte del aprendizaje y del desarrollo humano, pero
conforme nos hacemos adultos prescindimos de las muy saludables lágrimas
como "cosa de niños", nos las permitimos en muy pocas ocasiones, y sólo
cuando nos es imposible tragárnoslas.


El estrés, la tristeza, el dolor síquico y físico, la alegría, los
nervios, la angustia, la emoción, etcétera, etcétera, son sentimientos
que podemos traducir en lágrimas. Cuando lo hacemos nos sentimos mucho
mejor, pero si ahogamos el llanto sólo logramos aumentar la presión y el
desequilibrio interior.


Las lágrimas que no derramamos pueden enfermar el cuerpo y el alma, por
eso hay que aprender a llorar de nuevo, algo muy difícil en sociedades
en las que hacerlo es algo  que se hace muy pocas veces y
preferentemente en privado.


Ojos brillantes
Igualmente es cierto que las lágrimas ayudan a limpiar los ojos y evitan
que se sequen. Hay dos clases de lágrimas, las reflexivas o irritantes,
que son las que nos provocan algunos alimentos y sustancias demasiado
fuertes como  el polvo, la cebolla, etcétera. Y las que brotan del alma y
obedecen a estados de ánimo y sentimientos.

Lo interesante es que unas y otras no tienen la misma composición
química. Las lágrimas que tienen un origen emocional contienen gran
proporción de un mineral, manganeso, y de la hormona prolactina, cuyos
niveles están relacionados con el estado de ánimo del ser humano, el
único miembro del reino animal que expresa con risa y llanto sus
sentimientos.

Las lágrimas de tipo emocional son muy difíciles de controlar, y aunque
no lleguemos a derramarlas, tener los ojos brillantes es algo que nos
ocurre prácticamente a todos en determinadas ocasiones.


En el extremo opuesto de expresar raramente con lágrimas nuestras
emociones está el hecho de llorar a menudo. Cuando esto ocurre es
síntoma de un estado de tristeza y angustia que puede requerir ayuda
médica. Incluso los duelos tienen un periodo de recuperación más o menos
largo y se llegan a superar, en ocasiones con el apoyo de fármacos y de
otras personas.

El llanto como cultura

En algunas sociedades existen las plañideras, cuyo oficio es llorar las penas ajenas y ayudar a provocar una catarsis de dolor que permita expresar la angustia y la tristeza. En otras,  derramar lágrimas de forma colectiva es algo socialmente establecido en momentos de crisis y desgracia.


Según Homero, los héroes de la antigua Grecia vertían con frecuencia
abundantes lágrimas. En la Europa de la Edad Media, las crónicas cuentan
que aguerridos caudillos y hombres de guerra lloraban sin reparo alguno
y se lamentaban a grandes gritos.


La costumbre de llorar en público en las sociedades occidentales, en
especial en el caso de los hombres, es algo que no se da a menudo y,
cuando ocurre, suele ser un llanto silencioso, casi furtivo.


"Llorar no es de hombres" dicen las madres a sus hijos pequeños, pero el
llanto de los niños, sean del sexo que sean, es parte integral de su
desarrollo. Es una forma de atraer atención a sus necesidades básicas,
como la comida, el frío o el sueño, y de expresar sus emociones.


Los niños a los que no se permite llorar acumulan estrés y ponen en
peligro su salud. Recuperar el llanto cuando se es adulto es bueno,
porque llorar no nos hace más débiles, sino mucho más fuertes. Además,
después de una buena lloriqueada se ríe más y mejor.


Categoría: Terapias | Agregado por: ADMINISTRADOR (18.de Octubre.2011)
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