Vinculos entre hombres y mujeres: debate pendiente
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por Albertina Marquestau

(Entrevista a Marilen Stengel y Sergio Sinay publicada en La Capital, de
Mar del Plata, el 25 de mayo de 2010)


Marilén Stengel y Sergio Sinay son una pareja de escritores que no tienen
inconvenientes de cuestionar el papel que ocupan sus respectivos géneros en la
sociedad y de decir que "los hombres son analfabetos emocionales" y
que las mujeres "están sobrepasadas". Los dos ponen en tela de juicio
los avances de la rama femenina ya que los consideran "democráticos"
pero "no igualitarios". Y creen que el hombre se debe "una
revisión" como padre, empresario, amigo o comerciante.

Los reconocidos especialistas estuvieron en Mar del Plata brindando una charla
en la Fundación OSDE sobre las relaciones vinculares entre los dos sexos en
medio de los cambios en los tiempos que corren. En diálogo con LA CAPITAL, se
refirieron no sólo a lo que creen se pone en juego en estas nuevas relaciones,
sino también al papel que cumplen las mujeres que llegan al poder. "Es
lamentable para las mujeres, que una mujer haya llegado a la presidencia para
reproducir los códigos del machismo. Y es lamentable para los hombres que
quieren salir de los códigos del machismo, porque esto les da pasto y los
acentúa", dijo Sinay.

- Las relaciones matrimoniales de nuestros abuelos con respecto a las
actuales, ¿son mejores o peores?

-Stengel: A mí me parece que hay algo que muestra un franco avance.
El hecho de que hoy en día una mujer pueda elegir ser más que maestra,
enfermera o ama de casa, es un paso importante. Hoy en día las mujeres en
occidente pueden hacer casi cualquier cosa pero la verdad es que en lo últimos
50 años hemos evolucionado hacia una paridad y equidad inédita. El patriarcado
tiene 5000 años, antes hubo un matriarcado que no era lo opuesto sino que era
básicamente una sociedad que impulsó la agricultura, fomentó las artes, hizo
sedentaria a toda la humanidad. En los últimos 50 años las mujeres han avanzado
muchísimo en penetrar áreas reservadas exclusivamente a los varones. Lo que
pasa es que eso tiene un peaje alto. Salimos de un lugar bastante restringido
en forma exitosa, con muchísimas dificultades y mucho para corregir y eso
presentó un conflicto grande en las relaciones porque las mujeres básicamente
se vieron con la posibilidad de ser amas de casa, tener una vida pública
también, pero el gran tema es que tienen la sensación que están en todos lados.
Y la sensación es que los hombres no han hecho el camino hacia adentro, a la
familia. Entonces hay un montón de roces que se producen porque las mujeres hoy
en día se sienten sobrepasadas.

- Sinay: Yo creo que el vínculo entre varones y mujeres se ha
democratizado. Se ha hecho más igualitario en el área familiar, en el
trabajo... esto que dice Marilén, las mujeres han aparecido en lugares
masculinos, en territorios que son públicos, externos. De todas maneras han
aparecido pero no de una manera igualitaria en número y en incidencia. Pero
todavía hay muchos territorios como negocios o política, donde tienen que
adaptarse a los modelos masculinos para poder participar. Y aún así hay un
techo en cuanto a los salarios y actitudinal que es que pueden participar y
alcanzar un grado de influencia siempre y cuando actúen como hombres. Es decir,
que no se apiaden, que sean competitivas, que tomen decisiones rápidas, que no
se dejen ganar por la emoción, que no creen espacios circulares sino que se
mantengan en lo jerárquico, pero pueden participar, cosa que en otras épocas no.
Ahora, en el hogar donde también hay tareas, algunos se las reparten pero
todavía las mujeres son las que están en los dos lugares. Todavía hay más
mujeres que hombres en la sala de espera de los pediatras, en las reuniones de
padres en colegios, y todavía se repite la situación de que la que resigna
hacer algo o no ir al trabajo es la mujer, casi nunca el papá. Se abrieron
espacios nuevos como hasta en el campo de la sexualidad que ahora no sólo están
obligadas a tener una actividad reproductiva sino que han incluido el deseo.
Todo esto es bueno, pero no hay que cantar victoria y decir que se equipararon.
Yo no creo que se pueda decir que los hombres y las mujeres estamos en un mismo
nivel.

- Y las mujeres, ¿qué piden?

- Stengel: Hace 85 años un hombre que mantenía a su familia era
intachable. Hoy en día, tanto varones como mujeres contribuyen a las finanzas
familiares. Y cerca del 45% de la población femenina es activa laboralmente,
sin hablar de las jefas de familia. Hoy en día uno de los grandes focos de
conflicto pasa porque no es suficiente que el varón aporte efectivo, porque la
mujer también lo hace. Una de las grandes demandas y motivos más importantes de
conflicto es que las mujeres les pedimos a los varones que aporten en lo
afectivo.

- ¿Por qué cree que le cuesta tanto al hombre abrirse?

- Sinay:
Lo primero que tenemos que ver es qué decimos cuando hablamos de
que el hombre está más abierto. Porque si nosotros revisamos cuáles son los
códigos que se manejan en aquellas áreas que hacen funcionar a la sociedad, ahí
están absolutamente vigentes, con maquillaje o con un cambio en el discurso,
los modelos tradicionales de varón. Y todavía hay una mirada social sobre el
varón que lo está evaluando según su productividad. Una mujer que a los 40 años
es exitosa en su profesión, brillante socialmente, autónoma desde el punto de
vista económico, sino tiene pareja o marido e hijos; el por algo será social va
a estar presente. A esa misma edad un hombre con las mismas características, es
un ganador. Y esto está en la sociedad en su conjunto y es un mandato machista
que en el fondo se sigue valorando a cada uno por una especialización producida
por la cultura, no por la naturaleza. La cultura especializó a los hombres en
la provisión económica, en la administración de los asuntos
políticos-económicos y sociales externos. Y especializó a la mujer en la
reproducción y en la administración emocional y de la crianza. Y todavía eso es
políticamente correcto y brutal manifestarlo con esta crudeza, pero esto no
quiere decir que ha desaparecido. Sino que aparece camuflado y considero que
crea tensiones en los vínculos de pareja, en los vínculos entre varón y mujer
en el trabajo, en la política y en todos lados.

Una mujer en la presidencia

- ¿Por qué creen que la imagen de la Presidenta de la Nación genera malestar
en algunos, sobre todo cuando habla, porque es mujer?

- Sinay:
Creo que produce rechazo a los hombres cuando habla como un macho.
Las mujeres que no adoptan los códigos masculinos no prosperan en esos ámbitos
de política, economía o empresas; y cuando llegan, se encuentran con el rechazo
de los varones. Ellos creen que con un par de género se pueden pelear o
agredir, pero a "ésta" que me viene con desplantes de tipo machista,
ni siquiera le puedo pegar una piña. A mí la Presidenta no me produce rechazo
por eso, sino que me provoca rechazo una Presidenta que alude al tema de género
cuando le conviene pero que no ha dicho una sola palabra sobre las miles de
mujeres que mueren por los abortos clandestinos en la Argentina y ella no cree
que tenga que pronunciarse sobre esto. No tiene opinión, al parecer, sobre el
matrimonio gay. No ha dicho una sola palabra sobre la trata de personas. Que
una mujer llegue a la presidencia de un país y no tenga nunca opinión y postura
sobre estos temas, no es bueno. A mí, como hombre que quiero cambiar la
masculinidad, una mujer con estas actitudes me desalienta porque no ayuda,
porque despierta y refleja lo peor del machismo, refleja como mujer que es
perfectamente funcional a los mandatos del machismo. Esto no es faltarle el
respeto, sino la descripción de una situación. Es lamentable para las mujeres
que una mujer haya llegado a la presidencia para reproducir los códigos del
machismo. Y es lamentable para los hombres que quieren salir de los códigos del
machismo porque esto les da pasto a los hombres machistas y los acentúa.

- Stengel: Cuando Sergio dice todo esto, se refiere al peaje que yo creo
que deben pagar las mujeres. Tenemos pocas oportunidades de tener líderes
visibles en lugares estratégicos por eso no me interesa tener una mujer que
llegue a ese posición sino va a aportar algo de eso que nos diferencia. A mí me
interesa ver de qué forma jugamos esta energía que nos caracteriza. Si no hay
un cambio muy importante en esto, y tiene que ver con la provisión afectiva,
una persona que no tiene una energía receptiva, contenedora, nutricia,
paciente, etc, no puede cuidar nada. Y un líder que no puede escuchar, nutrir,
esperar, y que no tiene una visión en la que todos están incluidos, preocupa.
Eso es lo que más preocupa, los liderazgos llevados adelante por mujeres que no
son femeninas. Habiendo tantos hombres duros, ¿quién quiere mujeres de hierro?
El 75% de los mejores puestos del mundo están ocupados por varones, entonces
como mujer me pongo el blindaje, salgo a hacerlo, pero las consecuencias son
terribles porque el mundo se queda sin ese diferencial femenino, seguimos
dirimiendo nuestras diferencias con ajustes sin tener en cuenta que hay alguien
que tiene que mirar el todo.




Categoría: Sergio Sinay | Agregado por: ADMINISTRADOR (09.de Octubre.2011)
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