EL PODER DE LA IMAGINACIÓN- Adelgazar / Fumar
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La fuerza de voluntad necesita conquistar un enemigo; antes de alcanzar su objetivo. Trata de ser ruda y, al igual que la mayor parte de los rufianes, se acobarda cuando las cosas se ponen difíciles. Existe una manera más suave y más sencilla de vencer los hábitos nocivos: la imaginación La imaginación se enfoca directamente al objetivo y consigue lo que desea.
Si usted piensa que desea abandonar un hábito nocivo, es probable que se esté engañando a sí mismo. Si en realidad deseara abandonarlo, el hábito desaparecería por sí solo. Lo que usted debe desear más que el hábito como tal es el bene¬ficio de abandonarlo. Una vez que aprenda a desear ese be¬neficio, quedará libre del hábito "indeseable".
El pensar acerca de su hábito y decidir firmemente que lo va a abandonar puede ligarlo más estrechamente a él. La situa¬ción se parece un poco a la de proponerse que se vara dormir; la misma firmeza de su decisión puede mantenerlo despierto.
Ahora vamos a ver de qué manera se puede hacer que todo esto trabaje en su favor. Como ejemplos, usaremos dos hábitos que los graduados de Control Mental superan en forma por demás exitosa: comer en exceso y fumar.
Si usted desea bajar de peso, el primer paso consiste en analizar el problema en el nivel externo.
¿Su problema radica en comer demasiado, en no hacer el ejercicio suficiente, o en ambas cosas?
Muy bien puede suceder que no sea el comer en exceso, sino el comer los alimentos equivocados. Una dieta de alimen¬tos más adecuados a sus necesidades particulares puede ser la respuesta. Su médico puede aconsejarle.
¿Por qué desea bajar de peso? ¿Está tan gordo que su salud se ve afectada, o sencillamente siente que si estuviera más del¬gado sería más atractivo? Cualquiera de las dos cosas propor¬ciona una buena razón para bajar de peso, pero es preciso que usted sepa de antemano cuál es el beneficio que espera obtener de la reducción de peso.
Si usted ya come los alimentos adecuados en cantidades moderadas, si hace tanto ejercicio como le es posible dentro de un límite razonable, y solamente está un poco excedido de peso, mi consejo sería (a menos que su médico diga lo contrario) que se conforme con su estado. La alternativa constituye un trastorno innecesario para usted. Además probablemente haya problemas mayores y oportunidades más importantes en su vida para que ponga en práctica su Control Mental.
Si está seguro de que en realidad desea bajar de peso y saberla razón, su siguiente paso consiste en analizar todos los beneficios que derivará, no los beneficios generales como "lu¬ciré mejor" sino los concretos que impliquen, si fuera posible, la participación de sus cinco sentidos. Ejemplo:
Vista: Encuentre una fotografía suya de cuando estaba tan delgado como le gustaría estar ahora.
Tacto: Imagine cuan tersos se sentirán al tacto sus brazos, sus muslos y su vientre cuando vuelva a estar delgado.
Gusto: Imagine los sabores de los alimentos a los que dará mayor importancia en su nueva dieta.
Olfato: Imagine el olor de los alimentos que comerá.
Oído: Imagine lo que dirán aquellas personas que son im¬portantes para usted acerca de su éxito al bajar de peso!
Ni siquiera los cinco sentidos bastan para lograr una visualización a conciencia. Las emociones también son importantes.
Imagine cuan alborozado y confiado se sentirá cuando esté tan delgado como desea estarlo.
Una vez que todo esté arraigado con firmeza en la mente, póngase a nivel. Dé origen a su pantalla mental y proyecte en ella una visualización del aspecto que tiene actualmente. Ahora deje que desaparezca y desde la izquierda (el futuro) deslice una imagen (acaso sea la vieja fotografía) de sí mismo con el aspecto que desea tener y que tendrá cuando la dieta tenga éxito?
Mientras contempla mentalmente su nueva figura, imagine con todos los detalles que le sea posible, lo que sentirá cuando esté así de delgado. ¿Qué sentirá cuando se incline para atarse las agujetas de los zapatos? ¿Cuando suba las escaleras? ¿Cuando pueda usar su ropa que ahora le queda demasiado ajustada? ¿Cómo se verá en traje de baño? Tómese su tiempo y sienta todo esto. Recorra con los cinco sentidos, uno por uno, cómo se describió arriba. ¿Qué efecto le producirá a sí mismo el ha¬ber realizado este objetivo?
Ahora repase mentalmente su nueva dieta, no solamente lo que va a comer, sino la cantidad, y elija algunos bocadillos, ya sean zanahorias crudas o cualquier otra cosa. Dígase a sí mismo que estos son los únicos alimentos que su cuerpo nece¬sitará y que no enviará punzadas de hambre como un medio para pedir más. Aquí llega a su fin su sesión de meditación. Repítala dos veces al día.
Observe que a lo largo de su sesión de meditación no hubo una sola imagen o pensamiento sobre los alimentos que no debe comer. Los come en exceso porque le gustan; el solo he¬cho de pensar en ellos hará que su imaginación se tambalee en direcciones indeseables.
Es posible que reciba viejos mensajes corporales durante los primeros días, mismos que le recordarán las delicias de los bombones. A lo largo de sus actividades diarias, cuando posi¬blemente no cuente con tiempo para meditar, respire profun¬damente, una sus tres dedos, y recuérdese a sí mismo, con las mismas palabras que usó durante la sesión de meditación, que su dieta es lo único que su cuerpo necesita y que no sentirá punzadas de hambre. Un vistazo rápido a una vieja fotografía suya con el aspecto que le gustaría tener, le dará apoyo.
Conforme progrese con su Control Mental en esta y otras áreas, su estado mental en general mejorará y esto a su vez con¬tribuirá en forma más importante al funcionamiento apropia¬do de su cuerpo y con una pequeña ayuda mental, su cuerpo buscará con más gusto su peso adecuado.
Existen múltiples variaciones de esta técnica, que usted pue¬de emplear y se le pueden ocurrir en el transcurso de una se¬sión de meditación. Un obrero de una fábrica de Omaha, se dijo a sí mismo durante sus meditaciones:
—Apeteceré y comeré tan solo aquellos alimentos buenos para mi cuerpo.
De pronto descubrió que tenía un nuevo interés en las ensaladas y los jugos de verduras, y que su interés en los ali¬mentos ricos en calorías iba disminuyendo. Resultado: perdió 20 kilos en cuatro meses.
Ella tiene planeado continuar con este proyecto de grupo y crear otro para fumadores.
El fumar es un hábito hasta tal punto nocivo que si usted es un fumador, este es el momento de empezar a convertirse en ex fumador. Al igual que con la reducción de peso, vamos a proceder en etapas sencillas para dar a su cuerpo bastante tiempo para que su mente aprenda a obedecer una clase de instrucciones totalmente diferente.
No hay necesidad de repasar en el nivel externo la razón por la que debería dejar de fumar; los motivos lúgubres le son lo suficientemente familiares. Lo que necesita es una lista de beneficios que más adelante se harán tan vividos que tendrá el deseo de abandonar el vicio.
Tendrá mayor vitalidad; sus sentidos físicos se agudizarán; y disfrutará más plenamente de la vida! Usted sabe mejor que yo, que no soy fumador, qué es lo que obtendrá.
 Póngase a nivel y véase a sí mismo en su pantalla mental en la situación en la que normalmente fuma su primer ciga¬rrillo del día. Visualícese a sí mismo, completamente a gusto, desde ese momento hasta que termine una hora, mientras hace todo lo que normalmente haría, excepto fumar. Si, por ejem¬plo, la hora es de las 7:30 a las 8:30 a. m., dígase a sí mismo: "Ahora soy y seguiré siendo un ex fumador de las 7:30 a las 8:30 a. m. Disfruto de ser un ex fumador durante esta hora. Resulta sencillo y estoy acostumbrado a ello”.
Continúe este ejercicio hasta que se sienta verdaderamente a gusto, en el nivel externo, con su primera hora de liberación de los cigarrillos. Ahora proceda con la siguiente hora, y pron¬to con la tercera, y así sucesivamente. Tome esto con lentitud,
ya que el avanzar con excesiva rapidez puede conducirlo a castigar su propio cuerpo, cosa que difícilmente resulta justa, ya que fue su mente, y no su cuerpo, la que lo introdujo al hábito en primer lugar. Deje que su mente lleve al cabo la tarea por medio de imaginación. Aquí tiene unos cuantos consejos para acelerar la llegada del día de la liberación absoluta:
Cambie con frecuencia de marcas.
Durante las horas en las cuales todavía no sea un ex fuma¬dor, pregúntese a sí mismo cada vez que vaya a tomar un cigarrillo: "¿En realidad quiero este cigarrillo?" Con sorprendente frecuencia la respuesta resulta negativa. Espere a que verdaderamente lo apetezca.
Si, a lo largo de una de sus horas liberadas, su cuerpo in¬terviene con una "necesidad" aparente de fumar, respire pro¬fundamente, junte sus tres dedos, y, usando las mismas pala¬bras que emplea en la sesión de meditación, recuérdese a sí mismo que es y seguirá siendo un ex fumador durante esta hora.
Puede agregar otras técnicas a este método básico para controlar el hábito de fumar. Un hombre de Omaha, que llevaba ocho años de fumarse una cajetilla y media diariamente, visua¬lizó en Alfa todos los cigarrillos que se había fumado en su vida (un gigantesco montón). Después los colocó en un incine-rador y los quemó.
Enseguida imaginó todos los cigarrillos que fumaría en el futuro a menos que dejara el hábito (otro gigantesco montón) y lleno de alegría los quemó también en el incinerador. Después de haber dejado de fumar un sinnúmero de veces en el pasado, en esta ocasión abandonó el cigarrillo para siempre después de una sola sesión de meditación. No sufrió de antojos, no comió en exceso, no tuvo efectos colaterales.
Lamento decir que no puedo hablar de haber tenido el mismo éxito con el cigarrillo que con la reducción de peso. No obstante, tengo conocimiento de un número suficiente de graduados que han dejado de fumar y de otro número sufi¬ciente de graduados que han reducido la cantidad de cigarri¬llos, para apremiar a cualquier fumador para que ponga a Control Mental a trabajar en la conquista del hábito.

Categoría: Metodo Silva de control mental | Agregado por: ADMINISTRADOR (14.de Agosto.2013)
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