Compartelo en facebook EL OSO Esta historia habla de un sastre, un zar y su oso. Un día el zar descubrió que uno de los botones de su chaqueta preferida se había caído.El zar era caprichoso, autoritario y cruel (cruel como todos los que enmarañan por demasiado tiempo en el poder), así que, furioso por la ausencia del botón mandó casa del sastre y arrancándolo de entre los brazos de su familia lo llevó a la el plato de comida con la cuchara y cabeza quedará separada de tu cuerpo unos cuantos metros mañana a la mañana. - Si, lo sé pero mañana en la mañana el zar perderá mucho más que un sastre, el zar perderá - ¿Tú sabes enseñarle a hablar a los osos?, preguntó el guardiacárcel sorprendido. - Un viejo secreto familiar... – dijo el sastre. Deseoso de ganarse los favores del zar, el pobre guardia corrió a contarle al soberano su descubrimiento:¡¡El sastre sabía enseñarle a hablar a los osos!! El zar se sintió encantado. Mandó rápidamente a buscar al sastre y le ordenó:-¡¡Enséñale a mi oso a hablar nuestro gustaría complaceros pero la verdad, es que enseñar a hablar a un oso es una ardua tarea y lleva tiempo... y lamentablemente, tiempo es lo que menos tengo...-El zar hizo un silencio, y preguntó ¿cuánto tiempo llevaría el aprendizaje?- Bueno, depende de la inteligencia del oso... Dijo el sastre.- ¡¡El oso es muy inteligente!! – interrumpió el zar – De hecho es el oso más inteligente de todos los osos de Rusia. -Bueno, musitó el sastre... si el oso es inteligente... y siente deseos de aprender... yo creo... que el aprendizaje duraría... duraría... no menos de...... DOS AÑOS. Alteza - dijo el sastre – Si tu mandas estarán bajo la protección real. Serán vestidos, alimentados y educados con el casa en el carruaje de la corte, denle dos bolsas de oro, comida y regalos para El sastre en reverencia y caminando hacia atrás, comenzó a retirarse mientras musitaba agradecimientos. - No olvides - le dijo el zar apuntándolo con el dedo a la hombre pequeño apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico llevado al cadalso volvía ahora, exitoso, acaudalado y exultante... Cuando estuvo a solas el hombre le contó los hechos. - Estás LOCO – chilló la mujer – enseñar a hablar al oso del zar. Tú, que ni Enseñar a hablar al oso... Loco, estás loco... - Calma mujer, calma. Mira, me iban a cortar la cabeza mañana al amanecer, En dos años... – siguió el sastre - se puede morir el | |
Categoría: Jorge Bucay | Agregado por: ADMINISTRADOR (23.de Junio.2011) | |
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