Comer en familia. La importancia que tiene
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Compartir las comidas en familia es un hábito que a veces perdemos por
lo cargado de nuestras agendas y el ritmo de vida vertiginoso que llevamos.
Pero cultivar este hábito es realmente importante para nutrir los vínculos
familiares, y trae grandes beneficios para la salud física y emocional de toda
la familia.

dijo:


- Los niños comen mejor: si sucumbimos a las comidas
compradas en medio de días ajetreados, y a comer en el auto, camino a
actividades extracurriculares o en lugares al paso de comida rápida no sólo nos
perdemos comer en familia sino que los expertos nos alertan sobre la relación
entre esto y los índices de obesidad infantil. Tomarse el tiempo de servir una
cena casera compartida en la mesa familiar ayudará a los niños a tener hábitos
más sanos con su alimentación.

- Los padres comen mejor: lo que será bueno para nuestros hijos también
lo será para nosotros. El hábito de comer en casa y en familia nos hará comer
más saludablemente, mantener nuestro peso y no desarrollar hábitos nocivos al
comer

- Tiempo compartido: en la mesa familiar además de comer, pasamos tiempo
juntos. Madres y padres tienen el desafío de equilibrar sus tiempos. Comer con
nuestros hijos es una actividad simple que nos permitirá estar juntos,
conversar y comer al mismo tiempo

- Estar al día con los demás: especialmente con hijos adolescentes, el
tiempo que ellos pasan fuera de casa impactará las horas compartidas con la
familia. Fundar el hábito de comer en familia al menos una vez al día
(usualmente desayuno o cena) les da a padres e hijos un momento para
reconectarse entre sí y estar al tanto de lo que a todos les está pasando

- Aprendizaje de buenos modales: los niños de hoy en día han perdido
mucho los modales en la mesa. Probablemente a causa de las vidas ajetreadas y
la frecuencia de las comidas rápidas o para llevar. Si cenamos en familia,
podemos cultivar el que aprendan cómo poner una mesa, tener modales amables con
las personas con las que comparten el alimento y practicar estos aprendizajes

Ademas...

Compartir la mesa es el mejor plan que podemos hacer cada día en
familia. Aunque cueste conciliar los horarios es importante que tengamos
un tiempo al acabar la jornada para conversar de lo que cada uno ha
hecho durante el día.

Comer juntos no es únicamente saciar el hambre en torno a una mesa, sino que detrás de sentarse a la mesa en familia hay
un significado mucho más trascendente, el de la comunicación,
preocuparse por el otro, escuchar a los demás y expresar nuestros
sentimientos para que nuestros hijos también aprendan a expresarlos.

Por empezar, es fundamental que el televisor este apagado, así todos pueden centrarse en ese momento único sin distracciones.

No es el momento de dar sermones, ni de dar la lata a nuestros hijos
con los modales en la mesa, sino de pasarlo bien en familia y de ser
positivos.

Por más pequeños que sean nuestros hijos es importante que compartan
la mesa. A mi pequeña le colocamos la trona en la cabecera y le encanta
sentirse parte del clan. Es una forma de inculcar el buen hábito para
toda la vida.

La hora de la comida no tiene por qué ser un momento solemne, podemos
convertirlo en un encuentro entretenido en torno a la comida, lo cual
además ayuda a los niños a establecer una relación positiva con la
comida y a comprender que comer es divertido.

Muchas veces no tomamos conciencia de que un acto tan rutinario como
sentarse a la mesa pueda ayudar a construir la personalidad de nuestros
hijos.

¿Recordáis eso de que la felicidad en la vida es el recuerdo de
buenos momentos? Bueno, compartir la mesa en familia puede convertirse
en uno de ellos y perdurar en la memoria de nuestros pequeños como un
momento feliz. Depende de nosotros.


Categoría: FAMILIA | Agregado por: ADMINISTRADOR (08.de Noviembre.2011)
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