Los nuncas de la vida en pareja
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Para que la vida en común de la pareja tenga armonía, lo más importante es que tanto
el marido como la esposa, tomen un tiempo dedicado sólo a conocerse y aceptarse
cada uno a sí mismo, pensando que quieren cambiar personalmente y poner manos a
la obra.


Otro paso
importante, es conocer al ser amado, aceptarlo tal como es, sin pensar en
cambiarlo.



  • Nunca se griten. ¡ A menos
    que se esté quemando la casa!, Pues al gritarse se va perdiendo el respeto
    mutuo, tan importante en la convivencia de la pareja y también para el
    respeto que se debe a los hijos y por el ejemplo que ellos observarán día
    a día.
  • Nunca se pongan a recordar
    errores y culpas pasados. A nadie le gusta que le digan sus errores, más
    sí éstos tuvieron alguna consecuencia como generalmente sucede. Es mejor
    cantar ya lo pasado, pasado…….


  • Nunca se enojen los dos al
    mismo tiempo, pues en lugar de dar paso a la calma y lograr resolver la
    causa del enojo, pueden llegar a una fuerte discución. Al no tener dominio
    de uno mismo, se puede llegar a lastimar al otro. Es mejor aprender a
    escuchar el retumbar de los cañones como el que no oye, sin dejar que las
    palabras del otro lo hieran, y después, ya con tranquilidad, discutir
    calmadamente, llegar a un acuerdo y lograr la solución.
  • Nunca dejen que el día
    termine sin aclarar situaciones de enojo y lograr una reconciliación. El
    beso de las buenas noches ayuda a suavizar el coraje, muerdete el orgullo
    y busca a tu pareja y muchas veces ahí surgirá la reconciliación.
  • Nunca se reunan sin poner
    ternura, cariño y respeto en la bienvenida. Él debe de ser el rey y ella
    la reina del hogar. Incluso es bueno dejar de hacer lo que se esté
    haciendo, con tal de atender, escuchar e interesarse en las cosas del
    cónyuge.
  • Descuiden al mundo entero
    pero…..Nunca se descuiden entre sí. Dense mutuamente su tiempo, pero con
    la mejor calidad de presencia. No basta saber quién es el más importante
    para uno, hay que demostrarlo.
  • Nunca se separen sin decirse
    palabras tiernas que puedan recordarse durante la ausencia, por breve que
    sea. Cuando novios, recordaban la última palabra cariñosa y la saboreaban
    todo el tiempo. Ahora con mayor razón hay que decirlas.
  • Nunca olvidar los momentos
    felices del principio de su relación. A pesar de los revéses, hay que
    tratar al otro con mucho amor y seguir disfrutando de ese tiempo juntos,
    aunque haya inconvenientes.


Nunca
suspirar por lo que pudo haber sido, sino sacar el mayor provecho de lo que es.
(Todo es según el color del cristal con que se mira). Aprovechar esas energías
que un matrimonio tiene, en crecer juntos, en lugar de gastarlas en pequeñeces.
Siempre compartir lo que se tiene en toda su extensión.



Nunca
sentirse satisfechos, hasta saber que ambos van caminando por la misma senda
que conduce A la felicidad, por ese camino que han ido limpiando día con día y
que se ha ido preparando, no sin Esfuerzo y con una que otra pena.



Estas
reglas funcionan los trescientos sesenta y cinco días del año. El error es
pensar: hoy tal vez no lo haga, mañana sí.



Se
necesita mucha fuerza de voluntad inundada de amor, jovialidad, optimismo y una
mente siempre dispuesta a amar y a perdonar los errores del otro.



 




Categoría: FAMILIA | Agregado por: ADMINISTRADOR (19.de Julio.2011)
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