Taller como dirigir nuestras vidas 5-6
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Una de las claves más importantes del liderazgo personal es el de
utilizar nuestra atención de forma intencionada. Tener el control de
nuestra atención es tener el control de nuestra vida. No siempre resulta
fácil dar atención a lo que queremos o a aquello que se lo merece.
Numerosos factores externos e internos nos pueden apartar de lo verdaderamente importante.

Una
de las vías indirectas que tenemos para recuperar el control de nuestra
vida es la de centrar nuestra atención en la respiración.
Controlar
nuestra respiración tiene implicaciones que van mucho más allá del
aspecto físico. Podemos hacer que el ritmo respiratorio sea el adecuado
para el momento y el lugar donde nos encontramos o para permanecer
centrados en nosotros mismos. Las inspiraciones y espiraciones cortas y
rápidas denotan un ritmo frenético, centrado en el exterior. En el
momento de tomar decisiones, conviene permanecer centrados y para ello
podemos empezar con respirar más lentamente de forma progresiva,
haciendo que las espiraciones sean cada vez más largas que las
inspiraciones.

Ejercicio.- Siéntate en un lugar cómodo. Disminuye el ritmo de tu respiración durante unos instantes.

Nota como entra y sale el aire de tus pulmones.

Haz las espiraciones cada vez más largas.

Con cada inspiración piensa: "Inspiro y me relajo".

Con la espiración, piensa: "Espiro y sonrío".

El siguiente texto es la trascripción literal de una parte del libro
"Sabios en Zapatillas. Cómo cultivar la sabiduría en la vida cotidiana"
de Pere Subirana. Lo podéis encontrar en www.lacasadelsaber.com

El arte de decidir

"No
hay trompetas que suenen cuando tomamos actividades importantes en
nuestra vida. El destino se da a conocer en silencio", Agnes de Mille.

La
peor pobreza que puede afectar a una persona es la pobreza de
actividades. La libertad que tenemos es directamente proporcional a las
actividades importantes que tomamos. Ahora bien, toda actividad, por
pequeña que sea, es importante. Nuestro destino se construye en base a
las actividades. Las pequeñas actividades cotidianas a veces son tan
determinantes en la construcción del propio futuro como las grandes
actividades, porque las pequeñas actividades son mucho más frecuentes.

Cada
actividad es como un cruce. Si sabemos lo que queremos, los cruces son
más actividad de pasar, sabemos el camino a tomar. Lo grande engloba lo
pequeño, las grandes actividades son el contexto que da sentido y
significado a las pequeñas actividades. Todo lo que somos es
consecuencia de las actividades que hemos tomado anteriormente. Cada
actividad tiene consecuencias en el mundo externo, en nuestras
circunstancias personales, pero también en las actividades futuras. No
decidir también es una actividad. Tan importantes pueden llegar a ser
las actividades que tomamos como las que dejamos de tomar.

Ya que
hemos de convivir con las consecuencias de nuestras actividades, es
importante aumentar la calidad de las mismas. Y la calidad depende de
diferentes factores:

-El grado de conciencia desde el cual decidimos o la reflexión que hemos incorporado.

-La
ausencia de condicionantes. Las actividades que tomamos forzados por
las circunstancias, contra nuestra actividad, rebajan nuestro nivel de
autoestima. Existe además un alto grado de posibilidades de que nos
tengamos de arrepentir de las actividades tomadas en tales
circunstancias. La democracia consiste en no dejarse robar las
actividades. Si siempre son otros los que las toman, nunca nos haremos
sabios. "La actividad más básica no es qué es lo mejor, sino quien
decide que es lo mejor", señaló Thomas Sowell.

Continuamos analizando la segunda parte del libro "Sabios en zapatillas.
Cómo cultivar la sabiduría de la vida cotidiana" de Pere Subirana en
este último e-mail del curso. Le recordamos que puede encontrarlo en www.lacasadelsaber.com.

-La
alegría y la vitalidad que nos aportan. ¿En qué medida tomamos
actividades que nos hacen sentir bien? Las actividades que integran la
mente y las emociones acostumbran a ser mejores.

-Las actividades
que más se acercan a la realidad. Las actividades serán de más calidad
si examinamos las actividades y los valores en los cuales se basan, los
propósitos que tienen y sus consecuencias a corto y a largo plazo. A
veces, las consecuencias pueden no ser evidentes o producir efectos
indeseados para uno mismo o para otros.

-Las actividades son
mejores si la gama de opciones posibles es mayor y si las hemos
explorado todas antes de decidirnos. A veces las opciones ya nos vienen
dadas, pero otras las podemos crear. ¿Qué podemos hacer para tener más
opciones? La finalidad de la actividad tendría que ser precisamente la
de incrementar las opciones a nuestro alcance.

-El control de las
premisas de la actividad (la Actividades disponible, los criterios
básicos, etc.), el proceso de la actividad (quién toma actividades, cómo
y cuándo) y los objetivos (¿a qué resultados pretendemos llegar?).

-El
ámbito que afecta cada una de las actividades. Entre los polos opuestos
de lo más universal y lo más local, ¿a qué nivel afectan tus
actividades? ¿Cuál es su grado de Actividades?

Si siempre son otros los que toman actividades, nunca ejecutaremos el rol de líderes de nosotros mismos.

Decidir es asumir riesgos, como por ejemplo el riesgo de equivocarnos.
Cualquier
actividad es un acto de actividad. Decidirnos significa actuar, sin
embargo más importante que tomar muchas actividades es la capacidad de
mantenerlas en el tiempo, el grado de compromiso con la elección
realizada. Sin un cierto compromiso no podremos mantener la dirección
que hemos escogido. Las metas pueden cambiar si dejan de tener sentido,
pero los cambios constantes de metas importantes pueden indicar poca
capacidad de liderazgo personal.

Podemos aprender a decidir. Las
pequeñas actividades son importantes, pero no somos capaces de ver su
importancia hasta actividades de mucho tiempo. Es en las actividades que
tomamos donde nuestra sabiduría encuentra la vía de actividad. Por eso,
tal y como dice André Maurois, "no nos hemos de dejar robar una
actividad".

Actividades.- Aquí te presentamos algunas actividades que puedes realizar.

1.¿Qué cantidad de decisiones tomas cada día?

2.Analiza
las decisiones que has tomado durante un día (tanto las grandes como
las pequeñas). ¿Qué decisiones has tomado y qué decisiones has dejado de
tomar? ¿Cuál es la perspectiva de la realidad que está detrás? ¿Cómo
puedes mejorar la calidad de tus decisiones?

3.¿Cómo puedes mantener tus decisiones en el transcurso del tiempo?

4.¿En qué medida tienes poder de decisión en los asuntos que más te afectan?

5.Si no estás a gusto con tu estilo de vida actual, quizás tengas que tomar decisiones diferentes

Categoría: Autoestima | Agregado por: TerapiasDiarias (27.de Marzo.2011)
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