Con sus posturas, el cuerpo dice más de lo que se quiere expresar
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A diferencia de lo que se expresa verbalmente, no se puede fingir el lenguaje corporal.

Imagine esta escena: en una mesa una pareja que recién se conoce cruza sus

primeras palabras. Ella sonríe, mira de reojo y acomoda su pelo; él se inclina
hacia adelante, arregla su corbata y también se pasa la mano por la cabeza.
Usted no los conoce, pero sabe que coquetean. Ni siquiera es necesario
abordarlos para corroborarlo; sus gestos hablan por sí solos
La comunicación no verbal suele estar compuesta por mensajes que trascienden el
significado de las palabras, aun cuando siempre tienen una relación de
interdependencia con lo que se dice. A diferencia de lo que se expresa
verbalmente, no se puede fingir el lenguaje corporal.


"Los seres humanos -afirma Rodrigo Córdoba, psiquiatra y presidente de la
Asociación Colombiana de Sociedades Científicas- cuentan con mecanismos para
interpretar la congruencia o incongruencia de los mensajes no verbales, incluso
cuando algunos tienden a exagerar o simular movimientos, para manipular una
situación".


Aprender un poco sobre el lenguaje corporal puede resultar útil en el proceso
de relacionarse con otras personas. De entrada el cuerpo, dicen los psicólogos,
envía señales sobre qué tan dispuesto está alguien a entablar una conversación
con otro: los brazos cruzados, por ejemplo, constituyen una posición cerrada,
defensiva, mientras que una posición más abierta y relejada denota confianza.


Rascarse la cabeza

Este tipo de signo a menudo se asocia con estados de inseguridad y nerviosismo,
al igual que comerse las uñas.
Rascarse el cuello

Por debajo del lóbulo de la oreja indica incertidumbre. Si apoya la cabeza
sobre la palma de la mano, mientras ladea la cabeza, transmite aburrimiento.
Apuntar con el dedo

Entre los muchos signos que la gente tiende a asociar con autoritarismo, hay
uno clásico: mantener la palma cerrada en un puño y señalar a la otra persona.
Tocarse la nariz

Que una persona se toque constante y rápidamente la nariz mientras habla con
otra persona, se puede leer como un signo de inseguridad e incluso de que está
diciendo mentiras.
Elevar la ceja

Ligeramente, arreglarse la corbata, cogerse el pelo y mirar de reojo son signos
de coquetería tanto en hombres como en mujeres.
Enganchar los pulgares en el cinturón, con las manos sobre las caderas, indica
que se está evaluando a la otra persona.

Se invade el espacio
Cuando un hombre se inclina suavemente hacia adelante, con la espalda un poco
encorvada, trata, en forma inconsciente, de manifestar simpatía hacia la
persona que está con él.
En el saludo

Cuando al saludar una persona toma la mano y el codo de su interlocutor, trata
de demostrar intimidad. Claro que si lo hace con un desconocido, se puede lograr
el efecto contrario.
Objetos en la boca

Si una persona está a punto de tomar una decisión, se lleva algún objeto a la
boca y abstrae la mirada, indica que puede no estar muy segura de lo que está
pensando. Es decir, que está dudando.
Palmas arriba

Cuando alguien desea ser franco y honesto, de manera inconsciente levanta las
palmas de las manos hacia la otra persona. Exhibir las palmas siempre se ha
asociado con la verdad.
Cruzar las manos

por detrás de la cabeza a menudo es una posición que transmite confianza y
sentido de superioridad. El problema es que este gesto suele molestar a muchos
interlocutores.
Si va a una entrevista de trabajo...

Juan Vicente Conde, vicepresidente de la Asociación Colombiana de Medicina del
Trabajo, afirma que ante una entrevista laboral lo mejor es actuar con
naturalidad, pues es difícil controlar todos los gestos y movimientos. Eso no
quiere decir que se descuiden ciertos detalles.

Por ejemplo: las actitudes extremas siempre mandan el mensaje contrario. Si se
muestra demasiado tenso y cerrado podrá transmitir inseguridad; si adopta una
actitud muy relajada, es probable que acabe proyectando desinterés. Conde
aconseja vestirse formalmente, sentarse derecho en la silla (no sólo en el
borde) y si cruza la pierna, hacerlo con discreción (entrelazarlas
excesivamente, en el caso de las mujeres, o acomodar un tobillo sobre la
rodilla de la pierna opuesta, en el caso de los hombres, puede no ser muy bien
visto). Procure no tocarse la nariz, no frotarse los ojos, no rascarse la cabeza,
no mirar hacia el piso siempre y no cruzar los brazos sobre su pecho; estos
gestos suelen interpretarse como si dudara, mintiera o rechazara la situación.


Mirar todo el tiempo y fijamente a los ojos del entrevistado no se aconseja,
pues se trata de un mensaje no verbal de desafío. Mejor pinte un triángulo
imaginario en la frente de su interlocutor, dirija ahí su mirada y no la baje.
Así transmitirá seguridad.


CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ





 

Categoría: Cuerpo y Mente | Agregado por: ADMINISTRADOR (29.de Julio.2011)
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