Las alteraciones del Caracter
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Una de las características más sobresalientes del ser humano
es su inestabilidad habitual del carácter. Por mucho que tratemos de definir
nuestros rasgos más predominantes a menudo nos encontramos con que, dependiendo
del entorno, nuestro carácter oscila.



Todos conocemos los cambios de ánimo producidos por la
menstruación en la mujer, pero ella no es la única que los tiene, al igual que
la propia menstruación no es la única responsable de esas oscilaciones de
carácter.



Determinadas estaciones del año suelen a menudo alterar
nuestra conducta; así, tal como dice el conocido refrán "la Primavera la
sangre altera" y el Otoño con su caída de hojas, son las estaciones del
año en las que más alterados nos sentimos. Ésas son precisamente las épocas del
año en las que tenemos más pacientes solicitando terapia psicológica.



Ante una misma señal no siempre reaccionamos de la misma
manera porque la reacción depende de nuestro estado de ánimo del momento.
¿Nunca os han dicho aquello de que "seguro que en otras circunstancias no
me hubieras respondido de este modo que ahora haces"? Esto es debido a que
a pesar de cada cual tener nuestra propia personalidad y por lo tanto carácter,
podemos desestabilizarnos dependiendo de las circunstancias externas o de
"algo que hierve en nuestro interior".



Muchas veces yo misma me doy cuenta que estoy a la que salto
sin necesidad de que me contraríen y si tuviera que dar una explicación
racional a ese sentimiento no sería capaz de expresarlo ya que, probablemente
no hay estímulo que lo desencadene, simplemente siento ganas de "morder a
alguien".



Hay días en los que hasta una mosca te molesta y otros que
eres pura paciencia llegando a tolerar cualquier incidente.



El ser humano ha creado un mundo estresante y como tal se ha
hecho inmune a ese estrés continuado pero a pesar de ello, a veces nos sentimos
incómodos con nosotros mismos y nuestras propias defensas generan el ataque al
exterior.



Las alteraciones del carácter en el ser humano no se
consideran una patología como lo sería el diagnosticado trastorno
maníaco-depresivo en el que la persona oscila entre la alegría extasiada y la
nostalgia más extrema, pero sí es verdad que pueden causar un sinfín de
trastornos en su vida diaria tanto a nivel relacional como interno.



Cuando me siento agresiva a menudo digo cosas sin pensar que
pueden herir a aquellos que me rodean y por mucho que después trate de
disculpar esa conducta el vaso a veces se llena y acaba derramándose.



Normalmente la riqueza interior, la buena armonía con uno
mismo equilibra bastante esos habituales desórdenes llegando a controlarlos en
muchas ocasiones, o al menos en aquellas ocasiones que podrían tener un gran
efecto nocivo para nuestra vida. Por ello es importante que a menudo hagamos un
análisis de conciencia, es decir, nos sentemos a solas con nosotros mismos y
nos preguntemos por el grado de satisfacción que nos proporciona la vida que
hemos elegido.



El conformismo amarga y sólo nosotros podemos terminar con él.
Aunque suene egoístamente tenemos que pensar primero en nosotros y después en
aquellos a los que pueda afectar nuestra actuación. Si hay que cambiar alguna
pieza del rompecabezas que forma nuestra trayectoria existencial para ser más
felices debemos hacerlo, pese a los que sufran por nuestra decisión, porque
nuestra vida la decidimos nosotros y sólo tenemos una para vivir con este
ropaje.



El bienestar propio produce bienestar en nuestro
entorno inmediato y el alcanzarlo está en nuestras manos. No te engañes
pensando que la felicidad depende de otros, porque sólo y exclusivamente
depende de ti.
enviado x mail Gracias Rodrigo

Categoría: Cuerpo y Mente | Agregado por: ADMINISTRADOR (20.de Junio.2011)
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Como siempre, excelente nota. Gracias por compartir. Son notas sumamente enriquecedoras y amorosas...

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