EL PERDON
Compartelo en facebook
Perdonar: El primer paso hacia la sanación



"Perdonar es
el camino de la sanación...es el dejar marchar la dureza que se tenía
hacia una persona ; soltando todas esas cosas que abrigábamos contra esa
persona y soltándola de ese vínculo...perdonar es un proceso que dura
toda la vida y se va recibiendo la gracia en cada momento."

Nota: Tomado del libro Sanación Intergeneracional, por el Padre Robert DeGrandis S.S.J. y Linda Schubert.

"La
sanación interior total solo puede ocurrir, cuando perdonamos a
aquellos que nos han herido, cuando le entregamos por completo al Señor
nuestras heridas del pasado. Sea cual sea la experiencia que has tenido,
las heridas que hayas sufrido, Jesús quiere curarlas y sanar tu corazón
roto. (Ver el Salmo 147:3) Quiere llenar el vacío que hay en tu vida
con Su amor. Quiere liberarte de todo cautiverio para que puedas
sentirte realizado (a). Después que le hayas pedido a Dios que te
libere, después que le hayas orado para que rompa todas las cadenas que
te han atado, después que Él haya limpiado todas tus heridas de las
cosas que las infectaban, después que hayas perdonado a todos los que te
hirieron; estarás listo (a) para pedirle a Jesús que sane tus recuerdos
dolorosos. ¡Y la noticia maravillosa, gloriosa, es que Él sanará todas
tus heridas!"

Nota: Tomado del libro Forgiveness & Inner Healing, por el Padre Robert DeGrandis S.S.J. y Betty Tapscott.

"El
perdón, ciertamente, no surge en el hombre de manera espontánea y
natural. Perdonar sinceramente en ocasiones puede resultar heroico.
Aquellos que se han quedado sin nada por haber sido despojados de sus
propiedades, los prófugos y cuantos han soportado el ultraje de la
violencia, no pueden dejar de sentir la tentación del odio y de la
venganza. La experiencia liberadora del perdón, aunque llena de
dificultades, puede ser vivida también por un corazón herido, gracias al
poder curativo del amor, que tiene su primer origen en Dios-Amor. La
inmensa alegría del perdón, ofrecido y acogido, sana heridas
aparentemente incurables, restablece nuevamente las relaciones y tiene
sus raíces en el inagotable amor de Dios." (Juan Pablo II, l-l-97)

¿Qué significa perdonar?

"Perdonar
no es lo mismo que justificar, excusar u olvidar. Perdonar no es lo
mismo que reconciliarse. La reconciliación exige que dos personas que se
respetan mutuamente, se reúnan de nuevo. El perdón es la respuesta
moral de una persona a la injusticia que otra ha cometido contra ella.
Uno puede perdonar y sin embargo no reconciliarse, como en el caso de
una esposa continuamente maltratada por su compañero." ("A definition of
forgiveness", por Robert Enright, "The World of Forgiveness", octubre/noviembre de l996.)

"El
perdón permite liberarse de todo lo soportado para seguir adelante.
Usted se acuerda del frío del invierno, pero ya no tiembla porque ha
llegado la primavera".

"El
perdón opera un cambio de corazón. Debemos ponerle fin al ciclo del
dolor por nuestro propio bien y por el bien de futuras generaciones. Es
un regalo que debemos proporcionarles a nuestros hijos. Podemos pasar
del dolor a la compasión. Cuando perdonamos, reconocemos el valor
intrínseco de la otra persona".

"El
perdonar no borra el mal hecho, no quita la responsabilidad al ofensor
por el daño hecho ni niega el derecho a hacer justicia a la persona que
ha sido herida. Tampoco le quita la responsabilidad al ofensor por el
daño hecho... Perdonar es un proceso complejo. Es algo que sólo nosotros
mismos podemos hacer...Paradójicamente, al ofrecer nuestra buena
voluntad al ofensor, encontramos el poder para sanarnos...Al ofrecer
este regalo a la otra persona, nosotros también lo recibimos."

Nota: Tomado de Excerpts from the talks at the National Conference on Forgiveness, Universidad de Wisconsin-Madison, marzo de l995.

¿Por qué debemos perdonar?

Un
psicólogo norteamericano, Robert Enright, afirmó que las personas que
han sido profunda e injustamente heridas pueden sanar emocionalmente
perdonando a su ofensor. El insigne fraile dominico Henri Lacordaire
dijo: "¿Quieres ser feliz un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz toda
la vida? Perdona".

Un
discípulo de Jesús le preguntó: "¿Maestro, cuántas veces he de perdonar a
mi hermano? ¿Siete veces?" "Siete veces no, setenta veces siete", le
contestó Jesús. Perdonar es un don de Dios. La oración sincera,
procedente de un corazón limpio de pecado, ayuda a "desmantelar" la
ofensa, a perdonar al que nos hirió.

Los primeros pasos hacia el perdón

A
menudo una mujer que ha sido víctima de maltratos físicos o emocionales
durante mucho tiempo, siente ira contra sí misma por todo lo que
permitió que le sucediera. La primera persona a quien ella debe perdonar
es a sí misma.

"Para
poder perdonar a su agresor, la víctima debe comprender que lo sucedido
fue una ofensa. Debe reconocer que ella es tan valiosa como todas las
demás personas, y que sus necesidades y sentimientos son importantes. Si
intenta perdonar antes de valorarse, su perdón no será apropiado.
Hasta que la víctima comprenda el valor que tiene como persona, no se
respetará a sí misma." ("Forgiveness and the intrinsic value of
persons", Margaret R. Holmgren, American Philosophical Quarterly, octubre de l993.)

"Desde
el punto de vista psicológico, según el psiquiatra norteamericano
Richard Fitzgibbon, hay tres formas básicas de lidiar con la ira: l.
Negarla. 2. Expresarla de muchas maneras mientras pretendemos que no
estamos ofendidos. 3. Perdonar. El Dr. Fitzgibbon y otros psiquiatras y
psicólogos, aplican una terapia que induce al paciente a perdonar, y
comprueban que hay una mejoría considerable. Aquí se ve que la verdadera
Ciencia coincide con el Evangelio de Cristo. Estos son los pasos
terapéuticos que ellos recomiendan:

l.
Confrontar la rabia interior, la vergüenza, la herida. La persona puede
estar deprimida sin saber por qué, hasta que descubre la causa, oculta
por muchos años o sólo por horas.

2. Reconocer la fuente de la herida, y descubrir el porqué.

3.
Elegir perdonar. Aunque haya base para la ira y la venganza, no se elige
eso, sino perdonar. Y no tiene que ser sólo por motivos religiosos,
sino también por instinto de conservación: le va a hacer bien psíquica y
físicamente.

4.
Buscar una nueva forma de pensar sobre esa persona que nos ha hecho mal.
Cuando lo hacemos, por lo general descubrimos que es un ser vulnerable,
probablemente con heridas.

"Debemos
liberarnos del dominio que la persona que nos ha herido ejerce todavía
sobre nosotros mediante nuestro odio. Perdonar libera la memoria y nos
permite vivir en el presente, sin recurrencias constantes al pasado
doloroso.

"Todo
insulto recibido puede convertirse en una nueva oportunidad de
crecimiento interior, una gracia que nos envía Dios, porque al perdonar
somos canales de Su misericordia. Pero además, como dice el "Padre
Nuestro", la oración que el mismo Cristo nos enseñó, cuando perdonamos
también nosotros somos perdonados por Dios. Si rabiamos por una ofensa,
si planeamos vengarnos por un insulto, si el odio se aloja en nuestra
alma, el adversario (Satanás), habrá ganado la batalla arrastrándonos al
mal mayor."

Nota: Esta información fue tomada del artículo escrito por Dora Amador y publicado en "El Nuevo Herald", junio 5 de l997.

A la
pregunta sobre por qué perdonar, los creyentes respondemos que la
experiencia de haber sido perdonados muchas veces por Dios nos
compromete a perdonar a nuestros semejantes.

Para comprender mejor lo que significa pedir perdón y perdonar


"Perdón es la fragancia que la violeta suelta, cuando se levanta el
zapato que la aplastó". (Mark Twain)


"Pedir
perdón no es lo mismo que disculparse, porque disculparse es excusar los
motivos por los cuales uno ejecutó una acción con el objeto de que la
persona afectada por ella pueda comprenderla. Pedir perdón es asumir la
totalidad de nuestra falta, con toda ella, y sentir todo el mal que
produjo, decir que aunque no puedas del todo repararla, te produjo dolor
la acción, lo sientes, estás arrepentido, y quieres de vuelta procurar
lo bueno... La estatura humana del perdón por ello es mucho más alta y
propia de los grandes, y necesaria en los cristianos porque hemos sido
perdonados desde antes de existir, y así como perdonemos se nos
perdonará". ("El perdón", C.S.Lewis)

"Un conocido teólogo escribió que ' Los santos, muchas
veces al rezar tartamudeaban. Este tartamudeo es más
agradable a Dios que las frases retóricas, por más
bellas y brillantes que puedan ser '. Muchas veces nos
cuesta pedir disculpas a nuestros amigos,
compañeros... por un mal acto que hemos cometido. Pedir
perdón por una mala acción es la forma más poderosa de
demostrar nuestra humildad y honestidad. Sería interesante
que hoy recordaras a aquellas personas con las cuales
mantienes una enemistad por culpa tuya. ¡Reconcíliate con
ellas con palabras fáciles y honestas y si hace falta
tartamudea! Hay una frase increíble que te ayudará a
pensar: 'El perdón de las flores es tan bonito que llegan
incluso a perfumar a aquél que las aplasta con la mano' ".

"Perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor, sin
amargura, sin la herida abierta; perdonar es recordar
sin andar cargando eso, sin respirar por la herida,
entonces te darás cuenta que has perdonado.

"En una parte del Padre Nuestro Dios nos dice: ' perdona
nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que
nos ofenden'. Perdonar, es una decisión que deja en libertad tu corazón,
y deja limpia toda herida, la amargura en ti ya no
reinará. Si tú quieres experimentar el perdón del Señor, debes
primero perdonar.

"Dios dijo: 'Yo soy la vid y ustedes la rama,
ustedes lejos de mí no pueden hacer nada' y nada incluye
todo, incluye perdonar. Dejemos que Dios nos ayude con
nuestra decisión de perdonar. No fuimos hechos
para odiar, sino para amar ..." (R.C.A.N.)

"Amar a
quien nos ha ofendido desarma al adversario y puede incluso transformar
un campo de batalla en un lugar de solidaria cooperación. Éste es un
desafío que concierne a cada individuo, pero también a las comunidades, a
los pueblos y a la entera humanidad. Afecta, de manera especial, a las
familias. No es fácil convertirse al perdón y a la reconciliación.
Reconciliarse puede resultar problemático cuando en el origen se
encuentra una culpa propia. Si en cambio la culpa es del otro,
reconciliarse puede incluso ser visto como una irrazonable humillación.
Para dar semejante paso es necesario un camino interior de conversión;
se precisa el coraje de la humilde obediencia al mandato de Jesús. Su
palabra no deja lugar a dudas: no sólo quien provoca la enemistad, sino
también quien la padece debe buscar la reconciliación (cfr. Mt 5,
23-24).
Juan Pablo II ." (Extracto del Mensaje de Cuaresma 2001 de Juan Pablo
II. )

"Perdonar
y pedir perdón, es dejar que actúe el Espíritu en el lugar donde existe
nuestro orgullo y nuestro resentimiento."(Anónimo)

Nota: Este último texto fue preparado por el Instituto Tomás Moro en Asunción, Paragüay y se reproduce con su autorización.

"Dios
nos mira más allá de nuestros pecados con mucho amor...Cuanto más vemos y
sentimos su bondad, más nos enamoramos de Él. En cuanto más nos
enamoramos de Él, nuestras vidas automáticamente se van alineando con
Él. Toda sanación en nuestras vidas fluye de esta relación amorosa. Al
entrar en un profundo conocimiento de su amor, es cuando, de hecho, nos
sanamos y tenemos la experiencia más sutil de la unión con Él, sabiendo
que su amor puede transformar las más profundas heridas. "

Nota: Tomado del libro Sanación Intergeneracional, del Padre Robert DeGrandis S.S.J. y Linda Schubert.

Categoría: El perdon | Agregado por: TerapiasDiarias (14.de Abril.2011)
Vistas: 1276
Total de comentarios: 0
Solamente los usuarios registrados pueden agregar comentarios.
[ Registrarse | Entrada ]