Gente toxica Bernardo Stamateas
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Del libro es de Lilian
Glass, "TOXIC PEOPLE" , "Gente toxica" en castellano.Envio
otros extractos mas: La gente tóxica, también conocida como "vampiros psíquicos"
son aquellos que tienen tan baja autoestima y se sienten muy deprimidos consigo
mismos, que para subirse su estado del animo, hace que a los otros se les
decaiga el suyo infundiéndoles confusión, inseguridad, dolor y tristeza en sus
mejores momentos: días comunes en que te vea bien, o una fiesta, un cumpleaños,
un viaje que te ilusionaba, un nuevo empleo, una alegría cualquiera.. ..Pueden
parecer tu mejore amigo, tu pareja, y hasta pareciera que te quiere, pero OJO,
en un dos por tres, pueden pasar a criticarte, hasta a mentir sobre tu vida, si
es necesario, siempre de forma "inocente", y "para
ayudarte", para que se caigan tus mejores momentos. Lo puede hacer
directamente (a vos) o indirectamente, contando indiscreciones verdaderas o no,
al resto Es gente que absorbe tu alegría, a través de su propia negatividad
camuflajeada en "críticas constructivas "Son los que antes o después o
durante una linda fiesta o reunión, te hacen un comentario o te dicen algo, que
te enveneno la sangre, o se pelean sin sentido, te provocan, y después te
pueden abrazar y decirte que todo esta bien, que te olvides de todo, "que
ya no peleen mas" (cuando a vos, ni se te ocurrió) y que disfrutes de la reunión.....
.pero ya no podes, lo lograron. Se alimentan de matarte, de una forma u otra,
tus ilusiones.



Por: María Jesús Ribas Los celos, el ansia de éxito y el amor de los demás en
exclusiva, están en el origen de los vínculos dañinos. Hay seres tóxicos
capaces de infectarnos con su negatividad, pero también antídotos y técnicas
para librarse de quienes nos amargan la vida e impiden crecer. Hay personas en
nuestro entorno familiar, laboral o social, cuyos comentarios y actitudes nos
complican la existencia. Gente peligrosa para nuestra salud mental, emocional y
física, a quienes conviene mantener alejados, o al menos a raya, si no tenemos
más remedio que convivir o coincidir con esas personas tóxicas. Cualquiera que
nos aflige con su actitud hacia nosotros, que no nos deja crecer, que no se
muestra contento con nuestros éxitos y que pone barreras a nuestros esfuerzos
para ser más felices, puede considerarse una persona tóxica para nuestra vida,
aunque para cualquier otro individuo pueda resultar inofensiva. Para la
psicóloga estadounidense Lillian Glass, la raíz de toda toxicidad en las
relaciones humanas son los celos. ¿Por qué algunas personas cercanas, queridas
o amigas, nos hieren, se enfadan con nosotros, tratan de vencernos, buscan
disgustarnos o intentan dañarnos con frases sarcásticas o respuestas que
desaniman o al alegrarse falsamente de nuestra felicidad o éxito?



¿Por qué nos hacen críticas destructivas? , "Debido a los celos y su
concomitante envidia", señala Glass, para quien el descontento y los
sentimientos de insuficiencia provocan el ansia de posesión, del éxito y del
amor de otras personas, así como el deseo de tenerlas para uno mismo, en
exclusividad. Caldo de cultivo: Los Celos La frustración de otras personas que
nos ven como ganadores y se consideran a sí mismas como perdedoras, las impulsa
a golpearnos mental y verbalmente, y a veces incluso mediante la violencia
física. También les lleva a involucrarnos en juegos molestos, palabras crueles
y comportamientos sucios. Los celos o la falta de amor propio son la razón de
muchos comportamientos negativos hacia nosotros, pero también la causa
encubierta de conductas similares de nosotros hacia los demás. La doctora
Lillian Glass, sugiere emplear ciertas técnicas para que los ataques
emocionales de la gente tóxica no repercutan sobre nuestra salud física y
mental. Para la experta, esto es una cuestión de supervivencia, porque buena
parte del bienestar y éxito en nuestra vida dependen de que se mantenga nuestra
fortaleza psicológica y emocional. A veces, para contrarrestar la toxicidad
ajena o intentar que no nos afecte, se recurre al consumo de drogas,
tranquilizantes o a la alimentación compulsiva. Pero ello sólo es una forma de
autodestrucció n inconsciente, que sólo ocasiona que esa situación negativa se
agudice cuando han pasado los efectos en apariencia placenteros de esos métodos
para huir de la realidad. Tampoco hay que responder con la violencia física, ya
que las agresiones a los individuos tóxicos sólo consiguen convertir en
víctimas a quienes en realidad son los verdaderos agresores, lo cual realimenta
su papel negativo en nuestra existencia: es como intentar apagar un incendio
echándole más combustible. La amenaza en casa Cuando las personas tóxicas
forman parte de la propia familia, pueden plantear un verdadero problema
psicológico, debido a la continuidad de la convivencia y el vínculo. Si están
en el trabajo, pueden poner en riesgo nuestra continuidad laboral, debido a que
se resiente nuestro rendimiento a los continuos conflictos. Ya sean nuestros
padres, hijos o cónyuges, nuestros jefes o compañeros de trabajo, a las
personas tóxicas hay que aprender a tratarlas, para que no trastornen nuestro
equilibrio vital. Según la investigadora Lillian Glass, la fórmula magistral
para desintoxicar nuestras relaciones consiste en comunicarse para afrontar lo
que nos molesta del otro y decirlo sin tapujos. Si tiene un jefe, amigo o
familiar que le hace sentir inferior. Si su madre, padre o ambos le han
regañado a lo largo de toda la vida. Si está en contacto con un médico,
profesor o cliente que le insulta o simplemente le pone enfermo. Si mantiene
algunas de éstas u otras relaciones tóxicas, necesita sobrevivir a ellas. Para
conseguir una convivencia tranquila y feliz, la experta sugiere aplicar una
serie de antídotos contra la negatividad. Una solución consiste en mantener el
sentido del humor. Relajar las tensiones y divertirse, con ello permite
responder al sujeto tóxico y conseguir el beneficio de la risa. Primero hay que
relajarse, respirando lentamente unos segundos y exhalando mientras se
recuerdan las palabras y acciones tóxicas, como si se las expulsara del cuerpo
junto con el aire. Después hay que decir algo divertido, que ponga en evidencia
al agresor verbal. Esto sirve para expulsar la tensión acumulada. También es
importante dejar de pensar todo el tiempo en el problema, los cual sólo
contribuye a amplificarlo, ya que la mente es cómo una lupa: aumenta aquello
que enfoca. Existen momentos en que una persona tóxica parece colapsar nuestra
mente, convirtiéndose en lo único en que podemos pensar, lo cual es
perjudicial. Hay que gritar o decir mentalmente ¡Basta de pensar! y apoyar esta
expresión con frases positivas, como "soy importante", "mi vida es valiosa”
o "me siento feliz". La técnica del espejo La doctora Glass también
aconseja actuar como si fuéramos un espejo. Se puede obligar a las personas
tóxicas a ver reflejados sus comportamientos. Si alguien no para de hablar
impidiendo que los demás lo hagan, la respuesta puede ser ponerse a ladrar.
Cuando el tóxico se calle y pregunte "¿qué pasa?", se le explicará
que esa es la actitud que él mantiene con los demás. Para que los individuos
tóxicos vean cuán absurdas son sus ideas, comentarios y actitudes, lo mejor es
formularles con tranquilidad interrogantes sencillos que se conviertan en una
progresión lógica que vaya desbaratando sus argumentos, uno tras otro. A
aquellos que odian a los negros puede preguntárseles: ¿conoce mucha gente de
color?, ¿ha convivido con ella?, ¿alguien le odia por ser quien es? Sus
respuestas evidenciarán lo ridículo de sus ideas. Y siempre habrá más preguntas
para ponerles en evidencia. Aunque parezca difícil, hay que intentar emplear la
cordialidad. Convertir el enfado en amabilidad es una respuesta ideal frente a
muchos que van de duros por la vida. Los motivos de su actuación suelen ser la
inseguridad y la falta de amor propio. Al saber que esas son las causas de su
toxicidad, puede controlarse el enojo y transformarse en amabilidad, con lo que
se "sosiega a la fiera”. Muchas personas que tratan con el público hacen gala
de esta capacidad, que da frutos asombrosos. Otro antídoto para la toxicidad
mental, consiste en desprenderse de cualquier emoción con respecto a la persona
venenosa: sacarla de nuestra vida, no preocuparse por ella, no desearle ni bien
ni mal, visualizar la desconexión con ella, dejarla atrás. Catálogo de Personas
Venenosas Según Glass, estas técnicas son efectivas para contrarrestar a los
que ella denomina "treinta tipos de terrores tóxicos”, entre los que incluye al
parlanchín, el chismoso, el cortante, la víctima sombría y condenada, el
apuñalador de dos caras, el bromista, el matón rencoroso y autoritario, y el
mentiroso. Todas son distintas formas de personalidades que coinciden en
intoxicar la vida ajena. Otras versiones de individuos tóxicos, que podemos
descubrir en nuestro entorno, son el individuo entrometido, el fanático, el
presumido, el competidor, el maniático del control, el crítico acusador o el
arrogante sabelotodo. A veces, la presencia de conflictos continuos, puede
indicar que el ser tóxico es uno mismo, en vez de los demás. Lo cual no cambia
excesivamente las cosas, porque el resultado es similar: un continuo malestar y
dificultades para relacionarnos. En ese caso hay que reconocer el problema y
dejar de amargar a los demás con nuestros celos más o menos encubiertos. La
clave, como siempre, es la comunicación: con uno mismo, para descubrir la
verdadera raíz de nuestro
comportamiento, y con los demás, para dejar de
hacerles la vida imposible.

El mete-culpas, en la versión chilena sería Espinita, de "La Oficina”, ése
personaje que siempre nos hace sentir culpable por cuestiones propias o ajenas;
es él que nos cuestiona lo que hacemos y no hacemos hasta paralizarnos y, lo
peor de todo, es que nos hace vivir insatisfechos, victimizándonos. Frases como
"mi dolor es más grande que el tuyo” pueden ser devastadoras para quienes caen
en sus redes.

El envidioso. Hay diferentes estilos, pero basta fijarse un poco en Quico, del
"Chavo del 8”, quien llega a ser insoportable porque tiene mucho más que el
otro, pero siempre lo quiere todo. Este personaje expresa en su insatisfacción
un deseo más profundo, el de venganza, y claramente es mejor alejarse de él.

El descalificador que en versión homosexual se encuentra en el diseñador de
ropa Hugo Lombardi, de la teleserie "Betty, la fea”. Como objetivo, el
descalificador pretende controlar nuestra autoestima de manera que sólo él
pueda brillar y ser el centro del universo. "Excelente trabajo, lástima que lo
entregaste tarde” viene como anillo al dedo para graficar sus técnicas. Si
quieres una clave, nunca lo contradigas ni confrontes en público.

El agresivo verbal encuentra su mejor representante en "El señor de la
Querencia”, José Luis Echeñique; es muy violento y aplica es violencia
psicológica en forma cotidiana. Hay que tener presente que el objetivo del
violento verbal será siempre confundirnos, de manera de cambiar el eje y hacer
pasar lo normal por anormal. Y de paso, quiere intimidar, coartándonos.

El falso tiene un buen representante en Che Copete de "Condorito”. Según
Stamateas, este ser puede adquirir múltiples identidades y usa las máscaras de
poder, de superioridad o de víctima. Claramente, el trasfondo es la
inseguridad.

El psicópata o su símil, Julián García de "Alguien te mira”. Son pocos –por
suerte- pero cuando rondan por ahí pueden ser peligrosos, porque reúnen muchas
de las características de los otros tóxicos. La definición señala que no son
personas antisociales a simple vista, y que por el contrario, se caracterizan
por su capacidad para saber adaptarse a las situaciones.

El mediocre a la larga, son un lastre, incumplidores, irresponsables y un
verdadero problema para los equipos. En buenas palabras es el clásico
conformista del mínimo esfuerzo.

El chismoso o Espinita again. Vive de trasmitir rumores y la mejor forma de
frenarlo es atajarlos y no repetir su comentario.

El jefe autoritario o el señor Zañartu, de "La Oficina”. Pesado, prepotente,
que no escucha y grita. O en un rol más familiar, Ángel Mercader, el patriarca
de "Machos”.

El neurótico, personificado, en parte, por Alaraco, ya que este ser es
perfeccionista y extremista a la vez. Pero, desgraciadamente suma otras cualidades
negativas como infantil, culpógeno, conflictivo y agresivo.

El manipulador, que encuentra su imagen en Cerebro, de la serie animada "Pinky
y Cerebro” o Alberto (Tomás Vidiella), el capo de "Montecristo”, que desplegaba
dos facetas. Se sienten grandes y poderosos, pero son improductivos; llevan una
doble vida y por ello, una carga pesada.

El orgulloso….. "¿Qué harías sin mí?” es la frase que mejor lo delata, porque
se cree indispensable. Tienen un exceso de amor propio y otro tanto de exceso
de confianza en sus capacidades y en su manera de pensar.

El quejoso o Tristón, de la serie de monitos animados "Leoncio, el león, y
Tristón”, lo es definitivamente, pero si se quiere un personaje de carne y
hueso qué mejor que la Gertrudis, "sooooo lechuza”, esa secretaria que nunca
lograba sacar palabra. Percibe todo negativo y siempre tiene problemas con los
demás. A la larga, es una persona limitada, de mente cerrada y muy dependiente.


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Categoría: Notas | Agregado por: ADMINISTRADOR (22.de Noviembre.2011)
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