EL AURA Y SUS COLORES por Rampa
Compartelo en facebook

Todo sonido musical es una combinación de vibraciones armónicas, que dependen de que sean compatibles con sus vecinas. Toda falta de relación numérica produce un sonido «ingrato», un sonido que no es agradable al oído. Los músicos procuran producir

sólo sonidos que sean agradables.

Como en la música, se produce en los colores, puesto que éstos son también
vibraciones, aunque éstas se encuentren ligeramente apartadas de aquéllas, en
el espectro general de la percepción humana. Podemos contemplar colores puros
que nos agraden y nos eleven el ánimo. O bien colores que nos irriten, que nos
atormenten los nervios. En el aura humana se distinguen varios colores
diferentes, con sus matices. Algu­nos de ellos sobrepasan los límites de la
percepción de aquellos observadores que no se han ejercitado en ello; de manera
que carecen de nombre universalmente aceptado.

Asimismo existe, como sabéis, el silbido «silencioso» del perro. Eso es, que
resuena con una frecuencia de vibraciones que ningún oído humano puede captar,
y, en cambio, lo oyen los perros. En el extremo opuesto de la escala, existen
sonidos graves que el hombre percibe y el perro, no; los sonidos graves se le
escapan.

Supongamos que desplazamos la escala de sonidos que puede percibir un ser
humano hasta que éste pueda oír el silbido del perro. De la misma forma, si
podemos desplazar hacia arriba nuestra vista, veremos el aura humana. Pero hay
que andar con cuidado, so pena de perder la percepción del negro o del morado.


* El autor se refiere a la música usual; no a la experimental. (Nota del T.)

No seria razonable pretender dar una lista completa de los innumerables colores que

existen. Limitémonos a los más corrientes y acusados. Los colores básicos
cambian a medida de los progresos que efectúa la persona cuya aura contem­plamos.
Cuando una persona crece en espiritualidad, también evolucionan sus colores. Si
una persona tiene la desdicha de retroceder en la escala del progreso, sus
colores básicos se alteran por completo, o mudan de matiz. Los colores básicos
(de los que se hablará enseguida), nos muestran la persona también «básica».
Los innumerables matices indican los pen­samientos e intenciones, así como el
grado de espiritualidad.

El aura forma remolinos y se desliza como un arco iris singularmente
intrincado. Los colores corren alrededor del cuerpo en crecientes espirales, y
también caen de la cabeza a los pies. Pero esos colores son muchos más que los
que jamás se vieron en un arco iris; éste es una mera refracción de cristales
de agua — simples objetos —, al paso que el aura es la vida misma.

Damos a continuación unas notas de unos pocos colores, ya que es imposible
tratar de otros hasta que no se conoce esta lista:

Rojo
 
En su buena forma, el rojo indica una sana fuerza impulsora. Los buenos generales y jefes políticos de las masas tienen una gran cantidad de rojo en sus auras. Un

tinte particularmente claro de rojo, con los bordes de un amarillo claro,
indica una personalidad de «cruzado» (que se desvive por ayudar a sus
semejantes). Mucho cuidado en no confundirle con el vulgar «metomentodo>,
cuyo «rojo» es, en cambio, «marrón». Franjas de color rojo, emergiendo del
sitio donde está un órgano, indican que éste se halla en magníficas condiciones
de salud. Algunos de los gobernantes de renombre mundial tienen una gran
cantidad de rojo en el conjunto de su aura, Lástima que, en demasiados casos,
se halle contaminado por degradantes sombras.

Un rojo de mal aspecto, fangoso o excesivamente oscuro, indica un carácter malo
o vicioso. Aquella persona es informal, pendenciera, traidora, afanosa de
provecho propio en detrimento de su prójimo. Un rojo opaco invariablemente
indica depresión nerviosa. Una persona dotada de un rojo «malo» puede ser
físicamente robusta. Por desgracia, también puede ser fuerte para el mal. Hay
asesinos que tienen un rojo degradado en sus auras. Como más ligero sea el rojo
(ligero, que no claro) la persona será más nerviosa e inestable. Una persona es
muy activa, incluso con exceso, y no puede permanecer quieta más que unos
escasos segundos. Segura­mente, ella es muy egocéntrica. Los colores rojos
alrededor de los órganos denotan su estado. Un rojo opaco, o tirando a marrón,
con lentas pulsaciones sobre el sitio donde está un órgano, es señal de cáncer.
Se puede ver si el cáncer está allí o si todavía es incipiente. El aura indica
qué clase de enfer­medades están a punto de atacar al cuerpo, a menos de que se
adopten medidas curativas. Eso en el futuro va a ser la utililidad de lo que
podremos llamar «auroterapia».



Un rojo punteado y centelleante, procedente de los maxilares, anuncia dolor de muelas;
un marrón opaco, pulsando en el halo, delata el miedo ante la perspectiva de
tener que ir al dentista. El color escarlata lo «llevan» todos cuantos están
demasiado enamorados de sí mismos. Es el color del falso orgullo; del orgullo
sin fundamento. Pero el escarlata lo vemos situado alrededor de las caderas de
las damas que venden «amor» contra la moneda de] Reino. Esas damas, por lo
general, no se interesan por el sexo como tal; para ellas es simplemente un
medio de ganarse la vida. De este modo, el presumido y la prostituta comparten
los mismos colores en sus respectivas auras.

Siguiendo con el grupo «rojo», el rosa (que no es, en realidad, más que el
coral) es signo de inmadurez. Las jovencitas menores de los veinte ostentan el
rosado en vez del colorado de cualquier clase. En el caso de una persona
adulta, el rosa co­rresponde a un infantilismo e inseguridad. Un rojo oscuro,
color de hígado crudo, indica un sujeto ciertamente nada reco­mendable. Una
persona a la que hay que evitar, porque nos ocasionaría quebraderos de cabeza.
Cuando dicho color se ve sobre un órgano, quiere decir que éste se halla muy
enfermo y si se produce sobre un órgano vital es señal de una muerte próxima.

Todos aquellos que ostentan el color rojo al final del esternón, tienen
alteraciones nerviosas. Tienen que aprender a con­trolar sus actividades y
vivir con más calma, si quieren dis­frutar de una vida larga y tranquila.

Anaranjado
El color naranja, en realidad, es una rama del encarnado; pero le rendimos el homenaje

de reservarle una clasificación propia porque algunas religiones del Oriente
lejano conside­ran el naranja como el color del Sol y lo reverencian. Por esta
razón hay tanto color anaranjado en aquellas tierras. Por otro lado, atentos a
mostrar la cara y la cruz de la moneda, añadiremos que otras religiones
sostienen que el azul es el color del Sol. Mas, no importa nuestra opinión en
el asunto; el naranja es un color básicamente hermoso, y las personas con un
acertado matiz anaranjado en su aura son gente consi­derada para con sus
semejantes; son humanos y hacen todo lo posible para ayudar a los demás, que no
han sido tan afor­tunadamente dotados. Un amarillo anaranjado es un color muy
deseable, que denota dominio de sí mismo y posee diversas virtudes.

Un anaranjado tirando más o menos hacia el marrón es señal de ser una persona
perezosa que todo lo trata con negligencia. Un marrón anaranjado también indica
trastornos en los riño­nes. Si está situado sobre los riñones y tiene una
mancha mellada de color gris, denota la presencia de cálculos re­nales.

Un anaranjado teñido de verde delata una persona a quien le gusta el pelear por
el solo gusto de pelear; y cuando nosotros hayamos progresado hasta el punto de
poder percibir los matices dentro de los colores, obraremos prudentemente evi­tando
todo trato y discusión con personas que tienen algún trazo verde entre su
anaranjado, puesto que sólo saben ver «blanco y negro» y les faltan
imaginación, percepción y dis­cernimiento para darse cuenta de que hay matices
de cono­cimiento, de opinión, así como de color.

 Las personas afectadas por el verde-anaranjado no acaban nunca de argüir,
sólo por el gusto de argüir, sin que les preocupe si sus argumentos son
verdaderos o falsos; para ellos, la cosa está en el argüir sin parar.



Amarillo

Un amarillo dorado indica que su posesor está dotado de una naturaleza muy

espiritual. Todos los grandes santos tienen halos de oro alrededor de sus
cabezas. A mayor espiritualidad, más brillo de aquel amarillo dorado. Haciendo
una digresión, añadiremos que todos los que poseen una extraordinaria espi­ritualidad,
también tienen el añil en su aura; pero ahora se habla del amarillo. Todos
cuantos ostentan este color se hallan en buena salud espiritual y moral. Siguen
rectamente por la Senda, y de acuerdo con su exacto matiz de amarillo, tienen
muy poco que temer. Una persona dotada de un amarillo brillante puede estar
completamente segura; si el ama­rillo es degradado (como el color de algunos
malos quesos), que es cobarde por naturaleza; de esos que la gente dice «es
amarillo». Es muy común que se vea el aura de las personas, y muchos de esos
dichos populares se hallan en todas las lenguas desde tiempos atrás. Pero un
amarillo feo es signo de ser una mala persona; uno que tiene miedo
continuamente de todo. Un amarillo rojizo no es del todo favorable porque
indica una timidez mental, moral y física. Las personas con ese color cambiarán
una religión por otra, siempre en busca de algo que no se puede alcanzar en
cinco minutos. Les falta voluntad de permanencia; no pueden fijarse en nada si
no unos breves momentos. Una persona que tenga el amarillo rojizo y el rojo
castaño en su aura, siempre corre en pos del sexo opuesto, siempre sin sacar
nada. Merece ser notado que una persona pelirroja y que tiene el rojo amarillo
en su aura, será muy combativa, muy agresiva y muy llevada a interpretar toda
observación que se le haga como un insulto personal. Esto se refiere
particularmente a los que tienen el pelo rojo y el Cutis rojizo y a menudo
pecoso.

Muchos de esos matices amarillentos y rojizos indican que la persona que los tiene está

afligida por un gran complejo de inferioridad. Cuanto más rojo haya en el
amarillo, mayor será este complejo. Un amarillo tirando a castaño denota pen­samientos
muy impuros y un pobre desarrollo espiritual. Muchos individuos de esta calaña
o catadura poseen este rojo-castaño-amarillo y, en el caso de ser
particularmente malo, se les añade como una argamasa verde que mancha con
puntos el aura. Son gente que casi nunca pueden ser salvados de su propia
demencia.

Todo amarillo tirando a castaño indica pensamientos impuros y que la persona
afectada por este color no conserva siempre la senda recta y breve. Por lo que
hace a la salud, el amarillo verdoso es signo de padecimientos del hígado.
Cuando este color gravita hacia un amarillo-castaño-rojizo, significa que los
males son principalmente de naturaleza social. Una persona aquejada de una
enfermedad social invariablemente tiene una zona de castaño oscuro y amarillo,
también oscuro, alrededor de sus caderas. A menudo dicha zona está moteada con
algo que parece polvo colorado. Con el color castaño que se va pronunciando
cada vez más sobre el amarillo, y a veces mos­trando franjas dentadas, nos
damos cuenta de que la persona está enferma de la mente. Un individuo que posee
una doble personalidad (en el sentido de la psiquiatría) muy frecuente­mente
presenta la mitad del aura de un amarillo azulado y la otra de un amarillo
tirando a marrón y a verde. Es una combinación absolutamente desagradable.

El amarillo dorado puro, con el cual hemos dado principio a esta sección, debe
ser siempre cultivado. Puede ser alcanzado por una continua pureza de
pensamientos y de intenciones. Todos tenemos que pasar por el amarillo
brillante antes no hagamos nuevos progresos por la senda de la evolución.
 

Verde

El verde es el color de la curación, de la enseñanza y el del crecimiento físico. Muchos
grandes médicos y cirujanos tienen una abundancia de verde en su aura; también
de rojo y, cosa curiosa, ambos colores se mezclan armoniosamente y sin dis­cordia
entre sí. El rojo y el verde, cuando se ven el uno al lado del otro, en
diversas materias, muchas veces chocan e irri­tan; pero, situados en el aura,
gustan. Verde con una cantidad proporcionada de rojo indica un gran cirujano,
un hombre muy competente. El verde, solo sin el rojo, un médico muy eminente
que conoce su profesión; o una enfermera, cuya vocación es su profesión y sus
amores. El verde, mixto con una dosis proporcionada de azul, anuncia éxitos en
la ense­ñanza. Algunos grandes profesores tienen el verde en sus respectivas
auras y franjas o estrías de un azul movedizo, una especie de azul eléctrico, y
muchas veces, entre el azul y el verde hay pequeñas tiras de amarillo-dorado
que indican que el profesor es de aquellos que se preocupan cordialmente por el
bienestar de sus discípulos y tienen la necesaria altura espiritual para
enseñar los temas más elevados.

Todo cuanto tiene que ver con la salud de las personas y de los animales se
traduce por una elevada cantidad de verde en la composición de sus auras. No se
llega al nivel de los más grandes cirujanos o médicos; pero todo el mundo, no
importa cuál, si tratan de la salud de las personas, de los ani­males o
plantas, tienen una cierta cantidad de color verde en sus auras. Parece como la
insignia de su profesión. El verde no es, con todo, el color dominante; casi
siempre se halla subordinado a otro color. Es un color benéfico e indica que el
que lo posee con abundancia es una persona amistosa, compa­siva y considerada
para con los demás. Si un individuo pre­senta un verde-amarillento, de todos
modos no podemos fiar­nos de él, y en la medida misma de la mezcla de un ama­rillo
desagradable con un verde repugnante, asimismo será la confianza que nos
merezca. Los timadores tienen una aura verde-amarillenta (son gente que sabe
hablar a sus víctimas de una manera amable y luego les quitan engañosamente el
dinero). Tienen una especie de argamasa verde a la cual se une su amarillo. A
medida que el verde tiende al azul — ge­neralmente un agradable azul celeste o
azul eléctrico — más digna de confianza es una persona.



Azul


Este color, a menudo se describe como el del mundo espiritual. También denota habilidad
intelectual como cosa distinta de la espiritualidad; pero, naturalmente, tiene
que ser, dicho azul, del matiz justo; con este matiz es un color ciertamente
muy favorable. El etérico es de un tinte azulado, un azul parecido al que
exhalan los cigarrillos antes de ser aspirados y expirados por la boca, o
también, el humo de la leña ardiendo. Cuanto más brillante sea el fuego, más
vigorosa la salud de la persona. El azul pálido es el color de las personas que
tienen que ser empujadas para que adopten cualquier decisión de provecho. Un
azul más oscuro es el de una persona que está haciendo progresos, que es
laboriosa. Más oscuro indica una persona hábil en las tareas de la vida y que
ha encontrado ciertas satis­facciones en su trabajo. Esos azules más oscuros se
hallan a menudo entre aquellos misioneros que lo son en virtud de una
«vocación» decidida. No se hallan entre aquellos otros misioneros que no pasan
de aspirar a una tarea que puede permitirles dar, tal vez, la vuelta al mundo
con los gastos pagados. Podemos juzgar a las personas por el vigor de su
amarillo y la oscuridad de su azul.


Añil

Vamos a clasificar el añil y el violeta dentro de la misma cate­goría, dado que sus
matices se confunden y se pasa insensible­mente del uno al otro y muy frecuentemente
dependen entre sí. Las personas que ostentan dicho color en su aura de una
manera manifiesta, son gente de profundas convicciones reli­giosas, que no se
contentan con profesar exteriormente una religión. Esto constituye una gran
diferencia; algunas personas dicen que son religiosas; otras dicen creen serlo;
pero hasta que no se sea capaz de ver con certitud su aura, no se puede decir
de ellas nada que sea seguro. Si una persona tiene un toque rosado en su añil,
ésta será quisquillosa y desabrida, sobre todo para con las personas que se
encuentren bajo la dependencia de dicho sujeto. El tinte rosado en el añil es
un toque degradante, roba una porción de su pureza al aura. De pasada, digamos
que las personas que presentan colores añil, violeta o morado en sus
respectivas auras padecen trastornos del corazón y desórdenes del estómago. No
les sientan bien ni los fritos ni la comida, por poco grasienta que sea.


Gris


El gris es un modificador de los colores del aura. En sí, carece de significación, excepto
la de que la persona está muy poco evolucionada. Si la persona a quien
contemplamos no está evolucionada, presenta normalmente grandes franjas y man­chas de gris; pero, corrientemente, nunca miraréis el cuerpo desnudo de una persona
sin evolucionar. El gris, en un color, delata una debilidad de carácter y una
pobreza general de sa­lud. Si alguien tiene zonas grises sobre algún órgano,
eso indica un peligro de fallo de la salud de éste, o ya está enfermo y hay que
curarlo inmediatamente.


Una persona con una espesa y dolorosa jaqueca, tendrá una nube como de humo gris
que le atraviesa el halo o nimbo, y no importa de qué color sea éste, sus
pulsaciones seguirán el ritmo de las punzadas de la jaqueca que le aflige.


LOBSANG
RAMPA




Categoría: Notas | Agregado por: ADMINISTRADOR (14.de Julio.2011)
Vistas: 851 | Comentarios: 2
Total de comentarios: 1
1 ADMINISTRADOR  
0 Spam
Iderma Bendicion, es fantastico! biggrin

Solamente los usuarios registrados pueden agregar comentarios.
[ Registrarse | Entrada ]