KRISHNAMURTI-Como hacer frente al odio y al resentimiento
Compartelo en facebook



DIÁLOGO CON KRISHNAMURTI



(COMO
HACER FRENTE AL RESENTIMIENTO Y EL ODIO)



Pregunta: Si he de ser perfectamente
honesto debo admitir que casi todo el mundo me provoca resentimiento y a veces
odio. Eso hace que mi vida sea muy desdichada y penosa. Entiendo intelectualmente
que soy ese resentimiento, ese odio, pero no pueda hacerle frente. ¿Puede Ud.
mostrarme el camino?



KRISHNAMURTI:



Veamos qué entendemos
por "intelectualmente". Al afirmar que comprendemos algo
intelectualmente, ¿qué queremos decir con eso? ¿Existe algo que pueda llamarse
comprensión intelectual? ¿O es que la mente sólo comprende las palabras, porque
ese es nuestro único medio de comunicarnos unos con otros? ¿Comprendemos algo
verbalmente? Eso es lo primero en que tenemos que
ser
bien claros: si la llamada "comprensión intelectual" no es un
impedimento a la comprensión.



La comprensión, por
cierto, es integral, no dividida ni parcial. O comprendo algo, o no lo
comprendo. El decirse a uno mismo: "yo comprendo algo
intelectualmente", es sin duda una barrera para la comprensión. Es un
proceso parcial, y, por lo tanto, no es en modo alguno comprensión.



Pues bien, la pregunta
es ésta: yo, que estoy resentido, que estoy lleno de odio, ¿cómo he de librarme
de ese problema, o cómo he de hacerle frente? ¿Cómo hacemos frente a un
problema? ¿Qué es un problema? Sin duda, un problema es algo que perturba. Por
favor, ¿me permitís que os insinúe algo? Prestad simplemente atención a lo que
estoy diciendo. No tratéis de resolver vuestro, problema de odio y resentimiento
observadlo, no más. Aunque es difícil penetrar el problema de modo que al final
os veáis libres de él, veamos si podemos hacerlo ahora. Será un experimento
bastante interesante si lo intentamos juntos.



Yo estoy resentido,
lleno de odio; detesto a la gente, y eso me causa dolor. Y me doy cuenta de
ello. ¿Oué he de hacer? Este es un factor que perturba mucho mi vida. ¿Qué
tendré Que hacer? ¿Cómo estaré realmente libre de ello?



No se trata tan sólo de
desprenderme de ello por el momento, sino de librarme fundamentalmente de ello.
¿Cómo habré de proceder?



Ahora bien, esto para ml
es un problema porque me perturba. Si no fuera una cosa perturbadora, no sería
problema para mí, ¿verdad? Porque causa dolor, perturbación,
ansiedad, porque creo que es feo, quiero librarme de él.



Por consiguiente, es a
la perturbación que yo me opongo, ¿no es así? Le doy diferentes nombres en
distintos momentos, en diferentes estados de ánimo; un día lo llamo esto, y
otro día otra cosa. Pero el deseo, en el fondo, es no verme perturbado. ¿No es
eso? Como el placer no perturba, lo acepto. No deseo librarme del placer porque
en él no hay perturbación, al menos por el momento. Pero el odio, el
resentimiento, son factores muy perturbadores en mi vida, y yo
deseo librarme de ellos.



De suerte que mi Interés
es no ser perturbado, y estoy buscando una manera de no ser nunca perturbado.
¿Y por qué no he de serlo? Yo tengo que ser perturbado para des-cubrir algo,
¿no es cierto? Yo tengo que pasar por tremendos trastornos, disturbios, ansiedades,
para poder descubrir, ¿no es así? Porque si no me veo perturbado, me quedaré
dormido. Y tal vez sea eso lo que la mayoría de nosotros desea en realidad: que
se nos apacigüe, que se nos haga dormir, alejarnos de toda perturbación, hallar
aislamiento, reclusión, seguridad. Si a mí no me importa, pues,
ser perturbado (realmente, no superficialmente) si no me importa ser perturbado
porque deseo descubrir, entonces mi actitud hacia el odio, hacia el
resentimiento, sufre un cambio, ¿verdad? Si no me preocupa el estar perturbado,
entonces el nombre no tiene importancia ¿no es así? La palabra "odio"
no es importante; ¿lo es acaso? O el "resentimiento" contra la gente
carece de importancia, ¿no es así? Porque entonces experimento directamente el
estado que llamo resentimiento sin verbalizar esa experiencia. No sé si me
explico bien.



En otros términos: la
ira es una condición muy perturbadora, como lo son el odio y el resentimiento;
y muy pocos de nosotros experimentamos la ira directamente sin
verbalizarla. Si no la verbalizamos, si no la llamamos
"ira", la experiencia es por cierto distinta, ¿verdad? Como la
definimos, con ello reducimos la experiencia nueva a lo viejo o la fijamos en
términos de lo viejo. Mientras que si no la nombramos, hay entonces una experiencia
que se comprende directamente, y esta comprensión efectúa una transformación en
el momento de esa vivencia. ¿Me explico con claridad? Por favor, esto no es
sencillo.



Consideremos por ejemplo
la mezquindad. La mayoría de nosotros no nos damos cuenta si somos mezquinos
-mezquinos en cuestiones de dinero, mezquinos para perdonar a la gente;
mezquinos simplemente, bien lo sabéis.



Estoy seguro que esto
nos resulta familiar. Ahora bien, dándonos cuenta de ello ¿cómo vamos a
libramos de esa condición? No se trata de llegar a ser generosos que no es lo
importante. El estar libre de mezquindad implica generosidad; no necesitáis
volveros generosos. De suerte que, evidentemente, hay que darse cuenta de ello.
Puede que seáis muy generosos al hacer un gran donativo a vuestra sociedad a
vuestros amigos, pero terriblemente mezquinos en cuanto a dar más propina; bien
sabéis lo que yo entiendo por "mezquino". Uno no es consciente de
ello. Cuando
uno llega a darse cuenta de ello, ¿qué
ocurre? Nos esforzamos por ser generosos, tratamos de vencer, nuestra
mezquindad, nos disciplinamos con el fin de ser generosos, etc.



Pero, después de todo,
el ejercitar la voluntad para ser algo sigue siendo parte de la mezquindad,
dentro de un círculo mayor. Así, pues, si no hacernos ninguna de esas
cosas y simplemente nos damos cuenta de lo que implica la
mezquindad. sin aplicarle un término, veremos que ocurre una transformación
radical. Consideremos la ira: si no le dais un nombre y simplemente la
experimentáis, no a través de la "verbalización", ya que la
"verbalización" es un proceso que menoscaba la experiencia; si no le
dais un nombre, entonces ella se agudiza, se torna muy violenta
y actúa como una sacudida; y sólo entonces es posible ser libre.



Tened a bien
experimentar con esto. Primero, uno tiene que ser perturbado; y es obvio que a
casi ninguno de nosotros le gusta ser perturbado. Creemos haber hallado



una norma de vida -el
Maestro, la creencia, lo que sea, y ahí nos establecemos. Es lo mismo que tener
un buen puesto burocrático y en él vegetar por el resto de la vida.



Con esa misma mentalidad
abordamos diversas cualidades de las cuales queremos deshacernos. No vemos la
importancia de ser perturbados, de estar interiormente inseguros, de no ser
dependientes. Es sólo en la inseguridad, sin duda, que descubrís, que podéis
ver, que comprendéis. Queremos tener, como el hombre de mucho dinero, una vida
fácil. Pero él, por cierto, no será perturbado; él no quiere ser perturbado.



Así, pues, la perturbación es
esencial para el entendimiento, y cualquier intento de hallar seguridad es un
obstáculo a la comprensión; y cuando queremos librarnos de
algo que nos perturba, ello es por cierto un obstáculo. Mas si podemos
experimentar un sentimiento directamente, sin nombrarlo, creo que es mucho lo que
en ello encontraremos. Entonces ya no hay pugna con el sentimiento, porque el
experimentador y lo experimentado son una misma cosa; y eso os esencial.
Mientras el experimentador verbalice el sentimiento, la experiencia, él se
separará de ella y actuará sobre ella; y tal acción es artificial, ilusoria.
Pero si no hay "verbalización", el experimentador y lo experimentado
son una sola cosa. Esa integración es necesaria, y hay que enfrentarla
radicalmente. Espero que esto sea claro.


Categoría: Notas | Agregado por: ADMINISTRADOR (03.de Julio.2011)
Vistas: 982
Total de comentarios: 0
Solamente los usuarios registrados pueden agregar comentarios.
[ Registrarse | Entrada ]