La sexualidad y el amor
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"Si tú crees que el sexo es un bajo instinto,
así es para ti.
Si crees que el sexo es la sal de la vida, así es para ti.
Cuando tú crees en algo, tu cuerpo dice sí y responde en consecuencia. Tus
creencias se convierten en verdaderos decretos de tu mundo personal."


Psicología Práctica - Dr. López Ibor

El sexo es vivido de forma distinta por cada persona pero
además existen diferencias apreciables tanto en hombre como en mujer. El hombre
es más capaz de desligar el sexo como acto placentero del amor y en cambio la
mujer, normalmente, necesita más sentirse amada para poder tener relaciones
sexuales. En esta diferencia es posible que la sociedad y la cultura aprendidas
hayan tenido mucho que ver puesto que a la mujer tradicionalmente se le ha
enseñado que el sexo era una obligación y no un placer y la única persona que
podía disfrutar con él era el hombre. El sexo para la mujer era la manera en
que se mediaba la procreación y por ello ese mismo acto debía ir unido de amor,
fruto del cual nacería el bebé.



Los años han pasado y las cosas, evidentemente, han ido
cambiando pero aún existen ciertas diferencias generales en ambos sexos en la
manera de vivir la propia sexualidad. El hombre por ejemplo se excita más
rápidamente mientras que nosotras deseamos más calentamiento previo (juegos
manuales, toqueteos, besos, caricias, etc...). Los estímulos visuales excitan
más al hombre que a la mujer que prefiere la estimulación táctil.


La actitud de uno y otro suele ser distinta, así el hombre
suele ser más el conductor de la relación mientras que la mujer es más
receptiva. Todo lo que hemos comentado hasta el momento siempre tiene que
considerarse en términos generales y el hecho de no pertenecer a esos patrones
no responde a ninguna patología, hay que entender siempre a los seres humanos
como seres individuales y es, precisamente, esa individualidad la que los
distingue. En el tema del amor ambos sexos parecen coincidir en la edad adulta
en que sí parecen unirse los sentimientos amorosos a la sexualidad.


En el acto sexual es donde culminan la afectividad, la
intimidad y la plenitud de unión con la otra persona. Ambos cuerpos y mentes se
fusionan en uno y sienten mediante el placer obtenido la totalidad del otro.


El acto sexual además de servir para procrear y para culminar
la intimidad afectiva entre ambas personas, tiene determinados beneficios para
la especie lo cual garantiza por sí solo su continuidad:


  • La
    satisfacción obtenida con el acto sexual reduce las posibles tensiones de
    la vida diaria: el placer reduce el estrés y la depresión.
  • Vía para
    elevar nuestras capacidades de energía y la transmisión de ésta al otro.

Cuando hablamos de afectividad incluimos el enamoramiento y el
amor. El primero lo podemos definir como un sentimiento que surge de forma
espontánea manteniéndose intenso durante un período de tiempo y con el paso de
éste normalmente se transforma en amor, aunque algunas veces ese enamoramiento
desaparece para surgir de nuevo en otra persona.


Los períodos de enamoramiento que vivimos a lo largo de
nuestra vida pueden ser muchos, tanto con la misma persona como con personas
distintas. El enamoramiento es un impulso que tiene la función biológica de
formar parejas para así mantener la sexualidad en la especie y por lo tanto el
seguimiento de ésta. El deseo es aquel impulso que nos conduce a ejecutar el
acto sexual como forma de plenitud vital, más allá de la función reproductiva.
El amor es una emoción como el enamoramiento pero con la diferencia de que es
menos intensa aunque sí mucho más permanente y profunda.



El intelecto del ser humano tiene también mucho que
decir en el sexo ya que como no sólo somos animales nuestros impulsos tienen
cierta represión y raciocinio. En el ser humano la sexualidad está influenciada
por las ideas y pensamientos que según como sean frenarán o darán rienda suelta
a los impulsos sexuales. Pero como ya hemos repetido en diversas ocasiones los
pensamientos los decidimos nosotros y si éstos son positivos fomentarán la
emoción positiva mientras que si nos desbordamos y nos descontrolamos la
emoción que activaremos será negativa. ¿Cómo se traduce esto en nuestra
sexualidad? Si controlamos nuestra mente dejándonos llevar por la pasión, la
fantasía estimulante, el enamoramiento, los impulsos de acercamiento y el deseo
viviremos una sexualidad completa y por tanto satisfactoria mientras que
tememos perder nuestra imagen, nos sentimos ansiosos, nos reprimimos, etc... lo
que obtendremos será siempre insatisfacción
Cuerpo y mente deben estar
unidos y libres de emociones negativas para equilibrar nuestro ser
.

Categoría: Notas | Agregado por: TerapiasDiarias (11.de Junio.2011)
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