La medicina china explicada por la ciencia.
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Siempre le fue difícil a la medicina
occidental ortodoxa sostener una mirada que abarque al hombre en todos
sus planos –físico, mental y espiritual-, desentrañar las infinitas
conexiones entre ellos y contemplar a las personas en sus relaciones más
o menos afortunadas con la naturaleza. De ahí que se ocupa mas de curar la enfermedad que de mantener el estado de salud y que atendiera más a los síntomas que al origen de las enfermedades.
Para entender los magníficos resultados de la medicina china es necesario sumar conocimientos fisiológicos, bioquímicos y bioenergéticos. Necesitaremos saber las explicaciones de nuestra medicina tradicional y el fluir del CHI (energía) en nuestro cuerpo.


La medicina china
es producto de una civilización muy distinta a la nuestra y debemos
hacer un esfuerzo para comprenderla en sus propios términos. Negar la
eficacia de sus aportaciones basándonos en que sus presupuestos son
extraños a nuestros paradigmas actuales, sería como negar que se pudiera
crear belleza poética con sus, para nosotros absurdos, ideogramas. El
chino es un pensamiento coherente, bastante más experimentado que los
nuestros, que no necesita que le hagamos pasar una reválida para hacerse
comprensible a la más empírica de las culturas. Es de toda lógica que
un mundo tan distinto ha de tener otra visión del cuerpo humano. En la
medida que la práctica que se deriva de sus teorías funciona, debemos
dar por buenas sus razones.
Explicaciones de la ciencia occidental.
*Baja resistencia eléctrica en los puntos de acupuntura:

Los
procedimientos de la mayoría de las terapias orientales tienen en común
el trabajo sobre puntos energéticos ubicados a lo largo de los
meridianos establecidos por la antigua medicina china. La explicación occidental de estos puntos empezó en 1950, cuando se estableció que "punto de acupuntura = punto de baja resistencia eléctrica”.
Algunas características de los puntos:


*Tienen una localización precisa y presentan una resistencia eléctrica menor que en el resto de la piel.

*Están ubicados en áreas de la piel que están inervados por fibras de una raíz medular posterior, llamadas dermatomas.


Se
ha podido constatar que cerca del centro del punto la resistencia
eléctrica varía entre 30 mil y 350 mil Ohm. A 2 mm es de 150 min a 1
millón quinientos mil Ohm. Y a 10 mm 450 mil a 5 millones de Ohm.
Según
el libro Bases Neurobiológicas de las reflexoterapias, de J. Bossy
(barcelona, Ed. Masson, 1985) los puntos se ubican en la zona de un
nervio del sistema nervioso periferico (42% de los puntos), en un plexo
nervioso perivascular o en una vena (40% de los puntos), próximos a una
arteria (12% de los puntos).


*Comunicación de los órganos internos con la piel:

Las
investigaciones médicas de Serizawa demuestran que los óganos internos
se comunican con la piel, los tegidos subcutáneos y los músculos. La
relación se establece por la acción refleja de los nervios. Por este
mecanismo, las perturbaciones fisiológicas de los órganos internos
pueden sentirse en la superficie corporal.
Al estimular puntos
específicos próximos a la columna vertebral, por la acción refleja de un
nervio espinal, se potencia el funcionamiento de óganos conectados con
ese nervio. Estos son los llamados puntos Tsubo.

*Organos tendinosos de Golgi:

Existen
estaciones trasmisoras nerviosas que informan al sistema nervioso
central de la longitud de las fibras musculares y de la carga que ellas
están soportando.
Cuando estamos sometidos a tensión emocionál o
malas posturas, estas estaciones transmisoras emiten la señal de
"contraer fibras musculares” cuando la necesidad original ya no existe.
Cuando
el terapéuta presiona, el flujo de sangre y el linfa aumentan en la
zona, lo que ayuda a eliminar el ácido láctico responsable de calambres,
la fatiga muscular y las sustancias causantes de dolor. Esta presión
ejercida inhibe el envío de mensajes de los órganos tendinosos de Golgi
al sistema nervioso. Esto hace que el sistema nervioso central ya no
reciba órdenes de contraer el músculo, y entonces estos se relajan.


*La Psiconeuroinmunoendocrinología:

Se
trata de una especialidad médica nacida a fines del siglo XX y por lo
general estudiada como carrera de postgrado en todo el mundo por médicos
o psicólogos. Su revolucionario enfoque relaciona los procesos del
pensamiento, la fisiología del sistema nervioso y el sistema químico
hormonal; con ella se cierra la brecha establecida entre el estudio de
la mente y el cuerpo.
Sin dudas, con estas investigaciones que
aplican conocimientos de bioquímica y neurología avanzada, el uso médico
de los puntos de acupuntura perderá su contenido "mágico” y ganará el sustento de credibilidad que occidente demandaba.


La sistemática descalificación que desde la medicina oficial se lanza hacia la acupuntura se basa en la afirmación, repetida hasta la saciedad, de que el valor de los remedios
tradicionales no se puede demostrar científicamente. El paciente queda
sumido en un mar de dudas. ¿Cómo se puede confiar la salud a
procedimientos ignorados, cuando no reprobados, por la mayor parte de
los científicos?


Ahora
bien, que la eficacia de las medicinas tradicionales no esté
científicamente comprobada no quiere decir en absoluto que no sean
eficaces. Lo que significa es que los científicos, con sus escrupulosos
métodos, no pueden detectar esta eficacia. Negar la utilidad de la medicina tradicional 
es como negar la existencia de un paisaje por no vislumbrarlo a través
de una lupa o ignorar que se pueda transmitir belleza poética con los
indescifrables ideogramas chinos. La ciencia oficial se permite
despreciar a la más experimentada medicina sólo porque no entiende su lenguaje. Afirmar que "no se ha demostrado la eficacia” no significa que se haya ensayado la acupuntura
con éxito desgraciado, quiere decir que ni siquiera se ha tomado en consideración.
Bien ahora veamos un caso muy famoso... ¿no lo conocías? que raro che, porque será.

Cuando el presidente Nixon de Estados Unidos visitó por primera vez la República Popular china hace 25 años,
el numeroso séquito de periodistas que le acompañaban pudo presenciar y
conversar con uno de los suyos mientras era intervenido de apendicitis,
totalmente consciente. El hecho de que unas pocas agujas permitieran
insensibilizar hasta el punto de no sentir el corte del bisturí dejó
bien patente que se trataba de una medicina potente. Las imágenes y la noticia dieron la vuelta al mundo dejando como rastro el general convencimiento de que la medicina tradicional china escondía remedios muy valiosos. Ha sido necesario que transcurrieran casi 25 años,
y que ya un millón de americanos traten anualmente sus dolencias por
alguno de los más de 10.000 acupuntores, para que el Instituto Nacional
de la Salud de Estados Unidos, auténtico rector de la anónima "comunidad
científica”, realice su primer congreso sobre
acupuntura
. Según el presidente del congreso, Dr. David J. Ramsay, rector de la Universidad de Maryland, las pruebas de la eficacia de la acupuntura "son tan sólidas como las de muchas terapias médicas occidentales. El reto es integrar la teoría de la medicina china en el modelo de investigación biomédico convencional”.

Sensación del paciente al concluir su visita al médico

El momento que más puede sorprender al científico es observar cómo sale el enfermo de un tratamiento de acupuntura.
No sale con un volante para hacerse radiografías y análisis, o para ir
de peregrinaje a consultar a otro especialista. Generalmente se le ve
mejorado, aliviado, incluso libre de las molestias que le han llevado a
la consulta y muchas veces también liberado de vendajes, muletas,
collarines, fajas, sillas de ruedas y otros artilugios ortopédicos. No
es raro ver salir bien erguido a quien veinte minutos antes entró
doblado por un dolor de espalda, o sonriente a quien tenía el ceño
fruncido por un dolor de cabeza.


¿Es
imprescindible mirar siempre a través de los instrumentos? Si el
científico saliera por un momento de su laboratorio y de sus
experimentos y atendiera al mejor de los maestros: la experiencia, si
accediera a salir de los estrechos márgenes de lo demostrable y de lo
previsible para abrirse a lo que constituye la esencia de la medicina: la sanación, sin duda su visión acerca de lo que la tradición China puede aportar a la medicina moderna se invertiría. Sin lentes vería las cosas tal como son. "Deben ser médicos por sus curas, no por sus conjeturas”. Lo dijo hace tres siglos, en los orígenes de la medicina científica, el Dr. Joseph Gazola.


Al ser difícil de medir y objetivar, la energía vital
ha quedado marginada en relación a otras formas de energía
económicamente más rentables y fáciles de calibrar y dominar. El caso es
que la ciencia apenas tiene en cuenta, y presta muy poca atención, a lo
que en todas las culturas ha definido la salud del ser humano.



Lo que los orientales entienden por energía, que en China denominan QI
y en la India prana, es un concepto completamente ajeno a nuestra forma
de pensar. Desde Occidente, no resulta fácil entender esta noción,
porque hemos separado siempre la materia de la energía, y a partir de
esta dualidad, consideramos el uno como opuesto del otro. QI
o prana incluyen por una parte la materia y por la otra la energía; es
la energía a punto de materializarse, o la materia a punto de hacerse
energía. Es una energía material, como una vibración en la materia.



Categoría: Notas | Agregado por: ADMINISTRADOR (12.de Diciembre.2011)
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