Ser activamente enérgicos
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Necesitamos
aprender a ser enérgicos en nuestra forma de actuar, activamente enérgicos.
Primeramente debemos hacer distinción entre lo que quiere decir una persona
activamente enérgica y una persona agresiva. Ser activamente enérgico es
confrontar un problema en el momento que se presenta, es defender nuestros
derechos y comunicar lo que sentimos en todo momento sin permitir que los demás
nos pisoteen. Simplemente haremos lo que creemos correcto en el momento
adecuado y dentro de cada situación, pero lo haremos sin malicia.



La
actitud agresiva se aplica a una situación donde no sólo estamos siendo
enérgicos, sino que además estamos mezclando hostilidad y malicia en lo que
hacemos. Muy a menudo cuando confrontamos un problema con otra persona tenemos
una sobre-reacción, una explosión producto de nuestra ira. Sin embargo, en
lugar de ser enérgicos y comunicarnos, empeoramos la situación. Ser activamente
enérgicos quiere decir actuar de una forma madura, balanceada, de la forma más
justa posible. La actitud agresiva por lo general es una actitud inmadura y en
la mayoría de los casos nos hace actuar sin control de nosotros mismos y de
manera injusta.



La
actitud agresiva puede ser una confrontación directa en una discusión y muchas
veces nos lleva a buscar la venganza. La actitud de convertirnos en personas
activamente enérgicas es una forma de confrontar los problemas y a las personas
con toda la honestidad posible. Tal vez escuchando su propia opinión, o
simplemente diciendo lo que no nos gusta y nos molesta o cómo nos sentimos
respecto a la situación. De esta manera no permitiremos que se acumule la
ansiedad y viviremos vidas mucho más felices si ponemos en práctica la actitud
de convertirnos en personas activamente enérgicas.



Para
desarrollar un comportamiento activamente enérgico, la mejor manera de
confrontar los problemas es necesariamente analizar la situación de forma muy
cuidadosa. Primero que todo debemos decidir cuál es la manera más apropiada de
manejar dicha situación y para hacerlo necesitamos ser plenamente objetivos y
cuidadosos al considerar todas las posibilidades que se nos presentan. Podemos
por ejemplo confiar en algunas personas conocidas que merezcan nuestro respeto
y en las que tengamos plena confianza. Podemos contarles el problema, porque
muchas veces estamos tan involucrados en la situación que no somos capaces de
analizarla de manera objetiva. Con estas personas podemos analizar y evaluar
qué es lo que estamos haciendo, cuál es la motivación y tal vez, si la forma en
que estamos pensando es la más apropiada.



Una vez
que hemos decidido actuar de forma enérgica ante la situación, vamos a diseñar
nuestro plan de acción, nuestro curso de ataque para confrontar el problema
específico. Necesitamos planear en detalle la manera en que lo haremos y luego
llevarlo a cabo. Lo más importante es determinar la forma apropiada en que
vamos a ser activamente enérgicos ante una situación específica, planear cómo
se hará y llevarlo a cabo, no dejarlo para después.




Categoría: Variedades | Agregado por: ADMINISTRADOR (04.de Octubre.2011)
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