Pasion, Flechazo, Amor y Enamoramiento !!
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Pasion, Flechazo, Amor y Enamoramiento !!



Por Renato Alejandro Huerta

Magíster en Filosofía y Psicoterapeuta

Autor de los libros Metafísica de la Evolución Espiritual, Sabiduría Del Amor y Amor de Navegante.

Llega la primavera. Tiempo de armonía en que florece el amor de pareja y
en el cual no dejamos de sorprendernos de que el ser humano, a pesar
del dominio sin contrapeso de la cultura tecnológica y superficial en
que vive inserto, no haya podido renunciar jamás a un ideal de amor, que
busca siempre como si fuera una llamada inexorable de su alma profunda,
pues necesita bañar de pureza su frenética codicia de placeres
artificiales. Sin embargo, muchos que no han bebido de las fuentes
profundas de la sabiduría o bien han carecido de una educación
sentimental correcta, pueden incurrir en el error de confundir pasión
ciega y amor. La pasión, al igual que el amor, atraviesa por distintas
etapas y en el niño aparece como una pulsión, es decir, como un anhelo
desordenado y confuso de dirigirse hacia cuanto le rodea, expresándose
en beber, comer, jugar y correr. Esto significa que en el niño la pasión
es un impulso torpe, ciego, que al llegar a la adolescencia se refina,
convirtiéndose en deseo, es decir, en una pulsión concentrada y
orientada hacia un objetivo. Y entre los múltiples deseos del
adolescente, el deseo sexual es el que más gobierna su conciencia. Pero
cuando el deseo evoluciona en la persona psicológicamente madura se
convierte en aspiración. Y ésta es un poder interior, consciente, que
nos abre a un vasto horizonte de posibilidades y nos permite conquistar,
poseer y cumplir nuestros sueños. Pero si bien, todo amor es una pasión
en el sentido de que es una aspiración que nos brinda la máxima
plenitud posible, no toda pasión es una aspiración, pues la mayoría de
las pasiones son ciegas. El amor, en cambio, el verdadero amor, es una
fuerza divina, consciente, que intenta conducir a cada ser hacia la
realización de todo su potencial. Es por ello que todo amor verdadero
por una persona implica, como ha enseñado Erich Fromm, preocuparse,
responder, respetar y conocer a tal persona. Por tanto, toda relación
afectiva que no posea estos cuatro rasgos característicos no es amor o
si carece de alguno de ellos es un amor defectuoso.

También existen comprensiones erróneas frente a lo que es el
enamoramiento, pues se le confunde con el flechazo, pero este último
episodio es una simple experiencia hipnótica en que nos sentimos
enceguecidos por los atractivos de una persona, la cual suponemos,
erróneamente, que puede entregársenos por completo y repentinamente ante
nuestra primera mirada.. Es decir, el flechazo es una reducción e
incluso una cierta suspensión de nuestra conciencia. Esto significa que
en tal estado hay un retorno a la infantilidad, pues hay una contracción
y empobrecimiento de la atención. Sin embargo, el enamoramiento
verdadero es una ampliación permanente, una expansión de la conciencia a
través de la unión con la persona amada. Porque el verdadero
enamoramiento en su sentido más universal es el evento de despertar a la
belleza del ser amado, un sentirse integralmente atraído e inspirado
por él. El enamoramiento real es el punto de partida que nos conecta con
el verdadero amor. Enamorarse significa ingresar en un tiempo de
alegría prodigiosamente puro y armonioso. Es la apertura a un mundo de
éxtasis y el comienzo de una transformación personal decisiva en la
evolución del ser. Pienso, finalmente, que la verdadera actitud del
enamorado puede reflejarse en los siguientes versos del poeta:

"Amarte sin invadirte,

multiplicarte sin perderte,

decirte sin traicionarme,

guardarte sin poseerte,

y, así, ser yo mismo en lo más

secreto de ti."
Categoría: Variedades | Agregado por: TerapiasDiarias (22.de Marzo.2011)
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