10:56
SAN BENITO -Protector-Medalla
Compartelo en facebook

San Benito:


Su Fiesta: 11 de julio.Vivio entre los años 480 al 547


Patrón: de las erupciones de la piel, sarpullidos,luchar contra los envenenamientos,


para los trabajadores agriícolas, y granjeros, quienes trabajan con la forja


y fundidores del cobre. Moribundos. Contra la eripsela facial, contra la fiebre,

piedras en los organos, enfermedades inflamatorias, enfermedades del riñones,intoxicaciones.

Patron de los monjes, y de las personas de ordenes religiosas. De los escolares.


La Medalla de San Benito:



La medalla de
San Benito, propagada en todo el mundo hace más de 300 años, especialmente por
los monjes benedictinos, es célebre por su eficacia extraordinaria en el combate
contra el demonio y sus manifestaciones; en la defensa contra maleficios de todo
género, contra enfermedades, especialmente las contagiosas, contra picaduras de
serpientes y otros animales ponzoñosos; en la protección de animales domésticos,
vehículos, etc.



Repetidas
veces aprobada y alabada por los Papas, la medalla de San Benito, que une a la
fuerza exorcizante de la Santa Cruz del Redentor –la señal de nuestra salvación–
el recuerdo de los méritos alcanzados por la santidad eximia del gran Patriarca
San Benito, es sin duda muy indicada para los fieles católicos. 



La imagen de la Cruz representada en
la medalla 



Basta al
cristiano considerar brevemente la virtud soberana de la Cruz de Jesucristo,
para comprender la dignidad de una medalla en la cual está representada.



La
representación de la Cruz despierta en nosotros todos los sentimientos de
gratitud para con Dios, por el beneficio de nuestra salvación.



La Cruz causa
terror a los espíritus malignos, que siempre retroceden ante ella, y apenas la
ven se apresuran en soltar su presa y huir. Así pues, nuestra medalla, que
representa en primer lugar la imagen de la Cruz, está en perfecta armonía con la
piedad cristiana, y ya sólo por este motivo es digna del mayor respeto. 



La imagen de San Benito representada
en la medalla 



La honra de
figurar en la misma medalla junto con la imagen de la Santa Cruz fue concedida a
San Benito con la finalidad de indicar la eficacia que tuvo en sus manos esta
señal sagrada. San Gregorio Magno, que escribió la vida del Santo Patriarca, nos
lo representa disipando con la señal de la Cruz sus propias tentaciones, y
quebrando con la misma señal hecha sobre una bebida envenenada, el cáliz que la
contenía, quedando así patente el perverso designio de los que habían osado
atentar contra su vida. Cuando el espíritu maligno, para aterrorizar a los
monjes, les hace ver el Monasterio de Montecasino en llamas, San Benito
desvanece ese prodigio diabólico haciendo la misma señal de la Pasión del
Salvador sobre las llamas fantásticas. Cuando sus discípulos andan interiormente
agitados por las sugestiones del tentador, les indica como remedio trazar sobre
el corazón la imagen de la Cruz. Por todo ello, es lícito concluir que era muy
conveniente reunir en una sola medalla la imagen del santo Patriarca y la de la
Cruz del Salvador.



Esto queda
aún más claro al considerar que los dos grandes discípulos del siervo de Dios,
San Plácido y San Mauro, cuando realizaban sus frecuentes milagros tenían la
costumbre de invocar junto con el auxilio de la Santa Cruz, el nombre de su
santo Fundador, y así consagraron, desde el principio, la piadosa costumbre
expresada más tarde por la medalla. 



Los caracteres que se leen en la
medalla 



Además de las
imágenes de la Cruz y de San Benito, la medalla trae también cierto número de
letras , cada una de las cuales representa una palabra latina. Las diversas
palabras reunidas tienen un sentido que manifiesta la intención de la medalla:
expresar las relaciones que existen entre el santo Patriarca Benito y la Santa
Cruz; y al mismo tiempo, poner al alcance de los fieles un medio eficaz de
emplear la virtud de la Santa Cruz contra los espíritus malignos.



Esas letras
misteriosas se encuentran dispuestas en la cara de la medalla en que está
representada la santa Cruz. Examinemos, en primer lugar, las cuatro colocadas
entre los brazos de dicha Cruz:



C            S



P            B



Significan:
Cruz Sancti Patris Benedicto; en castellano, Cruz del Santo Padre
Benito
. Esas palabras explican el fin de la medalla.



En la línea
vertical de la Cruz se lee:



C



S



S



M



L



Lo que quiere
decir: Cruz sacra sit mihi lux; en castellano, La Cruz sagrada sea mi
luz
.



En la línea
horizontal de la misma Cruz, se lee:



N. D. S.
M. D.



Lo que
significa: Non draco sit mihi dux; en castellano, No sea el dragón mi
guía
.



Reuniendo
esas dos líneas se forma un verso pentámetro, mediante el cual el cristiano
expresa su confianza en la Santa Cruz, y su resistencia al yugo que el demonio
querría imponerle.



Alrededor de
la medalla existe una inscripción más extensa, que presenta en primer lugar el
santísimo nombre de Jesús, expresado por el monograma bien conocido: I. H. S.
(En el modelo más conocido de la Medalla de San Benito el monograma I. H. S.
fue reemplazado por el lema benedictino PAX; en castellano, Paz). Vienen
después, de derecha a izquierda, las siguientes letras:



V. R. S.
N. S. M. V. S. M. Q. L. I. V. B.



Estas
iniciales representan los dos versos siguientes:



Vade retro
satana; nuncuam suade mihi vana



Sunt mala
quae libas; ipse venena bibas.



En
castellano: Apártate, satanás; nunca me aconsejes tus vanidades, la bebida
que ofreces es el mal: bebe tú mismo tus venenos
.



Tales
palabras se supone que fueron dichas por San Benito: las del primer verso, con
ocasión de la tentación que sintió y de la cual triunfó haciendo la señal de la
Cruz; las del segundo verso, en el momento en que sus enemigos le presentaron
una bebida mortífera, hecho que puso al descubierto bendiciendo con la señal de
la vida el cáliz que la contenía.



El cristiano
puede utilizar estas palabras cuantas veces fuere asaltado por tentaciones e
insultos del enemigo invisible de nuestra salvación. El mismo Jesucristo Nuestro
Señor santificó las palabras Vade retro, satanaApártate, satanás
y su valor es cierto, una vez que el propio Evangelio nos lo asegura. Las
vanidades que el demonio nos aconseja son las desobediencias  a la ley de Dios,
las pompas y falsas máximas del mundo. La bebida que el ángel de las tinieblas
nos presenta es el pecado, que da muerte al alma. En vez de aceptarla,
devolvámosle tan funesto presente, ya que él mismo lo escogió como herencia
suya.



Basta que
alguien pronuncie con fe tales palabras, para sentirse inmediatamente con
fuerzas para arrostrar todas las embestidas del infierno. Aun cuando no
conociéramos los hechos que demuestran hasta qué punto satanás teme esa medalla,
la simple consideración de lo que representa y expresa, bastaría para que la
consideráramos una de las más poderosas armas que la bondad de Dios puso a
nuestro alcance contra la malicia diabólica. 



Uso de la medalla de San Benito 



No ignoramos
que en este siglo mucha gente considera que el demonio es más bien un ser
imaginario y no real; y así, puede parecer extraño que se acuñe y se bendiga una
medalla, empleada como protección contra los ataques del espíritu maligno. Sin
embargo, las sagradas Escrituras nos ofrecen innumerables pasajes que dan una
idea del poder y la actividad de los demonios, así como de los peligros de alma
y cuerpo a que estamos continuamente expuestos por efectos de sus celadas. Para
aniquilar su poder no basta ignorar a los demonios y sonreír cuando se oye
hablar de sus operaciones. No por eso dejará de continuar el aire siempre lleno
de legiones de espíritus de malicia, conforme enseña San Pablo; y si Dios no nos
protegiese, aunque casi siempre sin que lo sintamos, por el ministerio de los
Santos Ángeles, sería para nosotros imposible evitar las innumerables celadas de
estos enemigos de toda criatura de Dios.



Ahora bien,
el poder de la Santa Cruz contra satanás y sus legiones es tal, que la podemos
considerar un escudo invencible que nos hace invulnerables a sus flechas.



Concluimos
entonces cuán ventajoso resulta emplear con fe la medalla de San Benito en las
ocasiones en que más temamos los embustes del enemigo. Su protección, no lo
dudemos, será eficaz contra todo tipo de tentaciones. Numerosos e innegables
hechos señalaron su poderoso auxilio en miles de circunstancias en las cuales, o
por acción espontánea de satanás, o por efecto de algún maleficio, los fieles
estaban a punto de sucumbir ante un peligro inminente. Podremos igualmente
emplearlo a favor de otros, como medio de preservación o de liberación, en
previsión de los peligros que deban afrontar.



A menudo nos
amenazan accidentes imprevistos, en tierra o en mar; si llenos de fe llevamos
con nosotros la medalla, seremos protegidos. No hay circunstancias de la vida
humana, por más materiales que fueren, en que ya no se haya manifestado por su
intermedio, la virtud de la Santa Cruz y el poder de San Benito. Así, espíritus
malignos, en su odio contra el hombre, embisten contra los animales empleados en
su servicio, contra los alimentos que deben sustentar la vida; su intervención
maléfica es muchas veces la causa de las enfermedades que padecemos; ahora bien,
prueba la experiencia que el uso religioso de la medalla, acompañado por la
oración, opera muchas veces el cese de las celadas satánicas, y un notable
alivio en las enfermedades, y a veces hasta una curación completa.


ORACIÓN PARA PEDIR LA PROTECCIÓN
DE SAN BENITO

Santísimo confesor del
Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra
salud del alma, cuerpo y mente.


Destierra de nuestra vida,
de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas
herejías, de malas lenguas y hechicerías.


Pídele al Señor, remedie
nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso
de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para
que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar
las eternas alabanzas. Amén.


Jesús, María y José os amo,
salvad vidas, naciones y almas.


Rezar tres
Padrenuestros, Avemarías y Glorias.


NOVENA BREVE PARA PEDIR UNA GRACIA


Rezar durante nueve días
consecutivos la siguiente oración:


OH San Benito, mi protector
bondadoso y de cuantos van a ti en sus apuros. Intercede por mí a Dios para que
alivie mis sufrimientos y dificultades que ahora me agobian



(pídase aquí la gracia que se
desea obtener)


Te lo pido con toda
confianza.


Padrenuestro, Avemaría y
Gloria

Vistas: 6459 | Agregado por: TerapiasDiarias | Valoración: 0.0/0
Total de comentarios: 3
3 hepKentlype  
0 Spam
Por que no:)

2 lucia  
1 Spam
SOY UNA FIEL DEVOTA A SAN BENITO !EL ES MI PROTECTOR !!!

1 lucia  
1 Spam
El es mi protector !soy una devota a san benito,lo llevo siempre conmigo!!!!

Solamente los usuarios registrados pueden agregar comentarios.
[ Registrarse | Entrada ]