Compartelo en facebook Es sorprendente que los seres humanos a veces llamemos amor a las emociones y conductas más extrañas y desviadas. Algunas personas confunden el amor con la profundidad de necesidades afectivas básicas mal resueltas en la infancia. Al relaciones amorosas adictivas que sólo les reportan sufrimiento. Infructuosamente tratan de romper con su pareja, convirtiéndose ésta en una prisión de la cual no logran escapar. Se sienten invadidos por la angustia frente a la más mínima señal de abandono. El miedo a la soledad los paraliza y pagan cualquier precio con tal de evitar la ruptura. Si usted ha malgastado suficiente tiempo en tratar de cambiar a quien sistemáticamente lo daña o rechaza, he aquí algunas sugerencias prácticas que pueden ayudarlo a romper las cadenas. La primera tarea es comprender que el costo de mantener la ilusión de que lo aman lo está llevando a la ruina, en términos de respeto por sí mismo, autoconfianza y salud mental. Las personas atrapadas en el mal amor tienden a hacerse trampas a sí mismas con tal de permanecer en una relación que va en contra de su sanidad. Se convencen de que lo que tienen es mejor que nada, de lo mucho que perderían si se quedaran solos y de varias otras consideraciones prácticas. Familiares y amigos, cansados de verlos sufrir, ven cómo sus intentos de hacerlos entrar en razón se estrellan contra creencias profundamente arraigadas que reflejan miedos impermeables a todo argumento racional. Me quedaré solo para siempre, a pesar de todo, lo quiero o no puedo vivir sin él (o ella), son frases típicas que invitan a reflexionar sobre el abuso que se hace de la propia inteligencia en la creación de razones para seguir con la pareja. Es importante identificar de dónde proviene el hambre de afecto que le impide dejar la relación. Conviene escribir todas las situaciones y sentimientos que acompañan la relación amorosa. Esto le permitirá apreciar más objetivamente la frecuencia y forma de los sinsabores que, desde hace tanto tiempo, soporta. Descubrir conductas que se repiten una y otra vez, posibilita sacar conclusiones y asociarlas con relaciones amorosas anteriores. También le protegen de seguir autoengañándose. A continuación, haga conexiones entre el niño que usted fue y la inseguridad que siente cuando su pareja se aleja. Pregúntese desde cuándo lo acompaña la angustia que la relación, por mala que sea, le ha permitido mantener enterrada. Cierre los ojos y piense en lo que ve y en cómo representa usted su propio vacío. Intente descubrir los miedos que la ausencia del otro desatan. Por último, busque redes de apoyo emocional. Amigos y familiares podrán sostenerlo en los amargos momentos de la ruptura. Terminar es difícil, despierta sentimientos de desamparo y acabo de mundo, y la soledad es mala consejera. Quienes lo quieren de verdad podrán ayudarlo y reflejarle situaciones autoengañosas que la angustia le impide ver. Permanecer en una relación insatisfactoria es una tragedia personal, que destruye la opción futura de un amor nutritivo. Romper las cadenas de un amor obsesivo puede ser tan complejo como salir del alcoholismo. Al igual que en éste, la larga travesía comienza con reconocer que se está insanamente enganchado y termina con la alegría que reporta recuperar el control de la propia vida. Poder decir con alivio: no era amor, era adicción. | |
Categoría: Notas | Agregado por: ADMINISTRADOR (03.de Octubre.2011) | |
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