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MANIFIESTE SUS SENTIMIENTOS Y ESCUCHE AL OTRO Manifestar a otra persona cómo se siente usted puede llegar a ser muy difícil. Usted puede sentirse avergonzado, o tener miedo de decir ciertas cosas porque el manifestarlas le hace vulnerable. ¿Se va a reír de usted? ¿Le rechazará? ¿Le ignorará? ¿Puede usted confiar en esa otra persona como para contarle sus emociones más íntimas? A menudo le pregunto a uno de los miembros de la pareja con la que estoy trabajando: ‘¿Se siente usted preparada para compartir sus sentimientos con su marido?’, o ‘¿Cree usted que puede afrontar el riesgo de manifestarle a su esposa cómo le ha afectado a usted ese tema?’ Yo creo que es fundamental que las parejas comprendan, con toda claridad, que esta forma de compartir es tanto un riesgo asumido como una confianza otorgada y que, por lo tanto, merece una respuesta muy cuidadosa. Escuchar y comprender realmente lo que la otra persona está manifestando requiere una concentración sin prejuicios, de forma tal que usted no proyecte sus propios pensamientos o emociones en las palabras del que habla y termine escuchando algo que nunca se le ha dicho. Hace falta motivación y habilidad para comprender las cosas desde el punto de vista de la otra persona. Usted necesita ser capaz de identificarse. LA IDENTIFICACIÓN (EMPATÍA) Se denomina empatía a la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona y sentir lo que la otra persona siente, ver el mundo desde el punto de vista del otro. Para estar dispuesto a empatizar no sólo se necesita conocer a fondo los propios sentimientos, de tal manera que pueda contar con un marco de referencia, sino también lo que podríamos denominar un ‘sobrante de yo’ suficiente como para desear comprender a la otra persona. EL individuo que está concentrado en sí mismo y sólo ve al mundo en la medida en que le afecte a él, tiene muchas dificultades para dar este paso hacia la identificación. Debe llegar a comprender que las otras personas también son el centro de sus propios universos. En ese momento, estará capacitado para dar el siguiente paso y decir: ‘Está bien. Los demás ven las cosas de manera diferente a como yo las veo. Tal vez pueda intentar ponerme en su lugar’. A menudo, yo pregunto a los esposos: ‘¿Pueden ustedes imaginarse cómo se sentirían si estuvieran en el lugar del otro? Tal vez sería interesante intentar la experiencia y descubrir qué se siente’. Les pido que intercambien sus roles, que intercambien hasta las sillas en las que están sentados e intenten convertirse en la otra persona, en todo lo posible, con el fin de descubrir cómo se sienten. Esta técnica, que muchos terapeutas consideran muy útil, se denomina ‘intercambio de roles’. Otra técnica vinculada con la anterior, y que puede ser puesta en práctica por una sola persona, es la de la ‘interpretación de roles’. Esto es, usted se coloca en el lugar de la otra persona, actuando y relacionando como lo harían él o ella, y luego vuelve a adoptar la propia personalidad respondiendo como lo haría usted. Esta técnica se puede aplicar de múltiples maneras: hablando en voz alta, escribiendo las preguntas y respuestas, grabando las dos partes de la conversación, moviéndose físicamente de una posición a otra, etc. En el fondo de nuestros corazones, a todos nos gustaría tener todo, incluido un compañero que haga cualquier cosa que deseamos en el momento de desearla, que pueda hacer todo lo que necesitamos en el instante adecuado y que, por otra parte, nos deje solos cuando queremos estar solos y libres. No hay nada extraño ni malo en estos deseos globales de una realización perfecta SIEMPRE Y CUANDO seamos conscientes de que no pueden existir en el marco de un matrimonio o de cualquier relación adulta. Lo que usted puede y lo que usted consciente y/o inconscientemente tenderá a hacer, es seleccionar un compañero/a que pueda ofrecerle muchas de las cosas importantes que usted necesita y desea.
extraido de la web, autor desconocido.
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