Saber escuchar
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Saber Escuchar
Hoy en dia todos queremos hablar y hay muy
pocos dispuestos a escuchar. Una persona me comentaba en estos días que
ya sólo saluda a sus clientes diciéndoles ¡hola!, porque si agrega la
pregunta: ¿Cómo está?, inmediatamente viene una respuesta larguísima
acompañada de la historia en detalle de todos sus males personales. Y ya
sea como esta persona que se siente cansada para cargar con las
historias de los demás o porque estamos agobiados con tantas cosas
pendientes que tenemos en la cabeza o porque definitivamente no tenemos
el hábito de escuchar sino que hemos desarrollado la capacidad de hablar
todo el tiempo y sin parar, no nos escuchamos lo suficiente.

La comunicación es una calle de doble vía y es más sabio muchas veces escuchar con atención a los demás, que hablar.
No
saber escuchar provoca errores y la mayoría de nuestros conflictos
personales. El mal oyente reclama la atención de quien habla, piensa en
lo que dirá entretanto, interrumpe para controlar la conversación y
generalmente se aferra a sus opiniones. Algunos de los obstáculos de la
comunicación son: Un ambiente lleno de ruido donde se nos dificulta
hablar y escuchar a la otra persona; los prejuicios, las ideas y la
actitud que tenemos con respecto a nuestras diferencias con los demás;
el estatus, porque atendemos a aquellas personas que nos parecen más
importantes y preparadas que otras; el pensar sólo en la satisfacción de
nuestros propios intereses; y el ruido interior que nos impide prestar
atención al mensaje o a la persona que nos habla.
Para ser un buen
oyente tenemos que dejar de lado nuestros propios asuntos y escuchar a
la persona con un interés genuino, que nos permita comprender su
historia. Un buen oyente no es la persona que analiza las palabras y su
significado conceptualmente, sino el que logra que la persona que habla
se siente apreciado y motivado a expresar sus ideas y sentimientos.
Escuchar
significa atender totalmente a la persona que nos habla, sin
interrumpirlo, sin juzgarlo o criticarlo. Implica muchas veces dejar lo
que estamos haciendo para prestarle un poco de atención. Cuántas veces
le hablas a tu pareja de algo importante mientras él o ella están viendo
televisión o leyendo el periódico... te contestan mecánicamente, tú le
dices que no te presta atención y te responde casi literalmente tu frase
final... ¿Cómo te sientes? Estoy segura de que lo que te gustaría es
que apagara el televisor o cerrara el periódico y te pusiera atención.
Cuando nos escuchan, nos sentimos queridos e importantes, además muchas
veces ocurre que después de contarle nuestra historia a un buen amigo,
como por arte de magia, alcanzamos la claridad que nos permite reconocer
la salida o la solución y todo esto, sin que nuestro amigo haya abierto
la boca para darnos su sabio consejo. Así funciona la magia de
escucharnos y apoyarnos en todo momento. Prestar atención al escuchar es
un gesto de amor.

Podemos aprender a escuchar bien
GUARDA
SILENCIO. Mientras la otra persona te habla, mantén un silencio
respetuoso y atento. Si te es posible, mírale a los ojos, de esta manera
sentirá que le atiendes y que te interesas por sus ideas o vivencias.
Evita interrumpirlo para opinar o criticarlo con ligereza. Espera hasta
que haya finalizado para compartir con él tus comentarios.

MUESTRATE
INTERESADO. Puedes hacer gestos afirmativos mientras te habla para
mostrar que estás siguiendo la conversación. También puedes usar frases
afirmativas, como: "Entiendo cómo te sientes", "Estoy seguro de que
harás lo mejor"; sirven para darle confianza a nuestro interlocutor y al
mismo tiempo, muestran nuestro interés en su historia y el deseo
sincero de apoyarlos.

RESUMIR LA CONVERSACION. Asegúrate de que
la persona terminó de hablar preguntándole: ¿Ya terminaste? ¿Quieres
decirme algo más? Y luego hazle un resumen de sus ideas para asegurar la
claridad de la comunicación y tu comprensión de su historia. Además,
así le haces saber a tu interlocutor que estás esforzándote por
comprenderlo.

APAGA TU MENTE. Mientras escuchas a la otra persona
deja de pensar en que tus ideas, planteamientos o decisiones son
mejores. Concéntrate en el deseo de comprender qué siente, cómo piensa,
qué sabe y qué puede aportar a tu vida en este momento. Muéstrate
abierto a los puntos de vista de los demás, sin juzgarlos y sin
anticiparte a lo que la otra persona va a decir. Recuerda de vez en
cuando detenerte para darle espacio a la otra persona de expresar sus
ideas o hacer sus comentarios.

Practica escuchar con atención y
con amor a tus seres queridos, tal vez descubras que son personas
diferentes a las que imaginabas... Darles un espacio respetuoso y seguro
donde puedan expresarse, los hará sentir queridos y especiales.

Categoría: Maytte Sepulveda | Agregado por: ADMINISTRADOR (05.de Julio.2011)
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