Cambiar de aire es necesario - Maytte S.
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De vez en cuando nos hace falta hacer un alto en la rutina acelerada que
llevamos para recuperar el balance y el control de nuestra vida.
Generalmente postergamos la posibilidad de hacerlo en el momento,
diciendo: "Tengo la necesidad de relajarme un poco, ya no aguanto más la
tensión y el cansancio… pero lo haré en las próximas vacaciones", sin
darnos cuenta de que al llegar esos días seguiremos con el mismo nivel
de actividad y con la misma tensión que teníamos, a menos que hagamos
algo para cambiar nuestra actitud, soltar el estrés y desconectarnos de
todos los asuntos pendientes y las preocupaciones que nos mantienen
agobiados.

Por fin te ha llegado la oportunidad de tener las
vacaciones tan deseadas… prepárate para cambiar de aire y olvidarte de
todo lo que tienes en tu cabeza por un rato y disfrutar del tiempo
libre. Tener vacaciones no significa necesariamente salir de casa para
ir a otro lugar. A veces quedarse, pero cambiando la rutina que
llevábamos, también nos permite descansar, divertirnos y disfrutar del
tiempo libre.

En principio parece muy sencillo, pero si no puedes
sacarte de la cabeza los temas pendientes del trabajo o de la casa, es
imposible que logres disfrutar realmente de unas buenas vacaciones. Por
eso, la mayoría de las veces, cuando se acaban, te preguntas al volver a
tu casa si realmente pudiste descansar durante ese tiempo.

Para
que puedas aprovechar tus próximas vacaciones, voy a compartir contigo
algunas herramientas. Recuerda que todo dependerá de tu actitud y de
cómo te plantees pasar esos días. ¡Disponte a disfrutar de las
vacaciones!

Evita molestarte por las cosas inesperadas. Muchas
veces lo inesperado se atraviesa en tu vida como, por ejemplo, algo por
resolver a última hora, no encontrar los documentos que necesitas, la
espera de un familiar que te acompañará… a pesar de lo molesto que puede
resultar, no te dejes atrapar por el estrés, después de todo son cosas
que no puedes cambiar así que no te queda otra alternativa que
aceptarlas y tener la mejor disposición para resolverlas y continuar con
tus planes. Cambia tu manera de ver las cosas, sé más optimista y
flexible, así la pasarán mejor tú y los tuyos.

Mantén una actitud
positiva en todo momento. En lugar de fijarte en las cosas negativas
que se presentan, pon tu atención en todo lo bueno que sucede a tu
alrededor. No permitas que nada ni nadie te quite la oportunidad de
disfrutar junto a tus seres queridos. Aprende a transformar los
inconvenientes en parte de la aventura que significa salir a pasear y
hacer cosas nuevas y divertidas. ¡Relájate un poco!

No te
conviertas en esclavo del deber. Ten presente en todo momento que estás
de vacaciones y que todos los que te acompañan también. Es un buen
momento para compartir y delegar las responsabilidades y no sentir que
sigues cargando con las mismas obligaciones que en tu vida cotidiana. No
te preocupes ni te aceleres si las cosas no se hacen como tú quieres.
Recuerda ser lo suficientemente flexible como para permitir que todos
participen a su manera. Bajar el nivel de exigencia durante esos días
hará que todos se sientan más relajados y animados a colaborar.

Vuélvete
más creativo y divertido. Para pasarla bien necesitas dejar salir un
poco tu niño interior, potenciar el buen humor y estar dispuesto a hacer
comentarios positivos y graciosos. Dale rienda suelta a tu entusiasmo,
sonríe y disfruta de la presencia y de los comentarios divertidos de los
demás. No quieras mantener el control de todo, permite que los demás
también tomen algunas iniciativas y participa en ellas.

Simplifica
tus días. No seas rígido al tratar de trasladar la misma estructura que
mantienes en casa al tiempo de vacaciones. Las horas de las comidas se
pueden ajustar, el tiempo en que cada uno desea hacerlo puede variar,
los planes se pueden mover a menos que tengan compromisos sociales o
económicos hechos con anterioridad. Una buena idea también consiste en
repartir la responsabilidad de las comidas que se hacen en casa, dejando
participar, inclusive, a los más pequeños. Deja espacio sin planificar
para hacer lo que les provoque a todos en el momento. Descansar no es
sinónimo de mantenernos en actividad constante, no hacer nada también
puede ser muy relajante y reconfortante.

Administra bien tu
tiempo. Si todo lo que planeas hacer en las vacaciones no cabe en la
agenda que haces cada día, elimina algo. Puedes hacer menos cosas con
más tiempo para que puedas disfrutarlas realmente. Cada vez que te
sientas estresado por el tiempo que les toma salir del sitio para hacer
una actividad afuera, respira profundo, siéntate unos minutos y espera
con calma a que todos estén listos. Lo mejor durante las vacaciones es
no estar tan pendientes del reloj.

¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa, todo va a estar bien!

Categoría: Maytte Sepulveda | Agregado por: ADMINISTRADOR (24.de Julio.2011)
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