Los Celos.... Superarlos parte 1

Los Celos.... Superarlos parte 1

 

Siempre
escribo que las relaciones humanas son complejas. Nos enamoramos y
perdemos el control de nosotros mismos y de nuestra realidad. Es un
estado ideal pero definitivamente, debemos tener en claro que mientras
el romance se extienda en el tiempo, debemos alimentarlo, fortalecerlo y
llevarlo con total alegría. Sin dudas que sentir celos nos hace sentir
miserables e inseguros. Algunas veces se convierte en una tortura
interior o se exterioriza con violencia verbal o física. Titulares en
periódicosde hechos macabros, siniestros y tristes han tenido su origen
en los celos enfermizos. Pero me explayaré solamente para las personas
con una conducta normal, sin patologías. Ese campo, es exclusivo para
profesionales de la salud y con un conocimiento científico sólido.


Desde que nacemos, pertenecemos a un mundo inseguro. El ser humano tiene
incertidumbres. La única certeza es la muerte. Pero... somos seres
inteligentes ( más de una vez lo he afirmado ) y es posible superar
cualquier obstáculo. Las incertidumbres nos alteran la conducta, nos
llenan de preocupaciones y pensamientos negativos y nuestra esencia se
va transformando. Estamos más irritables e intolerantes y en ese ámbito,
desarrollamos los sentimientos más oscuros que, definitivamente, no nos
permiten pensar con claridad. En esa oscuridad, los celos toman partido
y nos invaden. Tenemos celos porque nuestro espíritu es cerrado y
mezquino. Nuestra mente está limitada y ahora, somos observadores y
jueces del otro. Recuerden que los celos han destrozado parejas!
Sentimos celos porque somos intolerantes al mundo exterior.



No permitimos que el otro se exprese o simplemente mire con sus ojos.
Acaso nosotros no hacemos lo mismo? Pero no lo expreso con aires de
venganza, solamente para hacer una simple comparación. Sentir celos no
nos libera. No nos hace mejores personas. No nos permite ser libres y
transitar cualquier vía con tranquilidad. Siempre estamos sigilosos,
esperando la reacción del otro ante cualquier estímulo para echar a
perder unas vacaciones, un evento, un día de campo... Sentimos celos y
nos sentimos frustrados por todo aquello que no poseemos o perdimos.
Generalmente, celamos la imagen física de un ser de nuestro mismo género
si el otro aprecia belleza. Celamos la juventud, las largas piernas, la
delgadez, los senos falsos. Celamos el color de los ojos y el cabello
largo. Celamos la actitud femenina y celamos todo aquello diferente a
nosotros. También, en ese combo, los celos se extienden a las cosas
materiales, a nuestras ropas, a nuestro hogar, a nuestros hijos y sigo
con una lista interminable. Es momento de cambiar.



El cambio es a partir de reconocer esta debilidad y por sobre todas las
cosas, fortalecerse. Nadie condena a la persona celosa. Solamente, es un
intento de mejorar las relaciones humanas porque, en mi creencia, todo
ser humano tiene derecho a ser feliz.



Esta pregunta, se relaciona con las consecuencias de la típica escena de
celos. No nos hemos preguntado alguna vez por qué desatamos tanta ira y
luego, sentimos tristeza y vacío? Tomamos conciencia que perjudicamos a
un ser querido y el sabor amargo no se endulza en un solo día... Luego
de una escena de celos, el otro comprende nuestra personalidad y nuestro
comportamiento. Toma distancia. Reconoce nuestra debilidad y entonces,
especula con ella o con el tiempo, se aleja definitivamente. Nos
convertimos en personas con un comportamiento previsible y entonces,
cada vez es más difícil compartir ambos mundos. Son justificados los
celos? Necesitamos sentir celos? Para qué? Cuál es la finalidad? Nos
garantiza una mejor vida de relación?



A partir de estos interrogantes, los invito a reflexionar y elaborar una
conclusión. Pienso que la mayoría de las personas considera ahora que
los celos son sumamente destructivos para la vida en pareja, para la
vida familiar y también, el ámbito laboral. No necesitamos alimentar
nuestro espíritu con celos. Son sentimientos negativos. Nos llena de
dudas y nos encierra en una serie de suposiciones que se convierten en
realidades.



Principalmente, necesitamos estar bien con nosotros mismos. Nunca
aprendemos la lección. Si tenemos claridad en los pensamientos, si
sabemos que una relación afectiva nos va a alimentar y nos va a
completar, entonces hagamos que funcione de una forma armoniosa y
maravillosa. Si tenemos la capacidad de comprensión para el otro, si
estamos listos para brindar desinteresadamente, si podemos fortalecernos
con los errores, si podemos ser más tolerantes... entonces estamos en
condiciones de iniciar o continuar con nuestra relación. No más
planteos, gritos, escenas. Nos desubican y, buceando en el fondo de
nuestros corazones, nos provoca una inmensa tristeza.



Ser seguros de sí mismos. Esa es la consigna. No juzgo conductas pero en
muchas ocasiones escuché notas a personas del espectáculo por tv y se
definen como " muy celosas". Qué error. Para mí, las definiciones son
las afirmaciones que tenemos de nosotros mismos. Y si todos los días
enfatizamos esas afirmaciones, las sobredimensionamos y damos por
sentado ( de por vida ), que tenemos este comportamiento. Pienso que
cuando una persona se define como celosa, el otro debería replantear el
inicio de una relación!



De una buena vez, reconozcamos nuestras posibilidades y nuestras
limitaciones.Tenenmos que amarnos con todos nuestros atributos y
nuestros defectos pero especialmente... mejoremos nuestro carácter para
que los seres que nos rodean estén felices y disfruten de nuestra
compañía. Nunca olvidemos que en algún momento de nuestra vida, nos
cruzamos con este hombre ( o con esta mujer ) y a partir de allí, fuimos
escribiendo una historia en común. Nos transformamos en únicos y ellos
fueron capaces de brindarnos amor, respeto, contención y comprensión.
Para el otro, significamos mucho durante el tiempo. Algunos, nos han
dado satisfacciones desde el proyecto de una vivienda, un hijo, un
viaje. Fuimos elegidos por ese ser y eso, no debemos olvidarlo.



Anteriormente hice una pequeña introducción. La autoestima es una
palabra que escuchamos muy a menudo pero no podemos aplicarla. Es un
concepto que no alcanzamos a interiorizar. Decimos que tenemos alta la
autoestima pero después nos degradamos y nos reducimos a pensar que no
nos aman porque no utilizamos botox o porque subimos unos kilos durante
el último mes. Es una constante del mundo moderno. Someternos a
cualquier cosa para elevar nuestro nivel de autoestima no reconociendo
lo que ya poseemos que pueden ser atributos realmente valiosos y
definitivamente únicos. Soy realista.



En algunas ocasiones, la magia del bisturí o de algún tratamiento nos
permite mejorar la apariencia y podemos querernos más. Pero también,
debemos utilizar la magia de la palabra escrita para mejorar nuestro ser
interior. Con conocimiento, con nuevas afirmaciones podemos darle un
brillo especial a nuestra apariencia y llenarnos de luz. Parecen
palabras mágicas pero como siempre digo, todo aquello que nos permita
mejorar, ser más positivos y ser más humanos, bienvenido sea! Pienso que
vivimos sumergidos en nuestras rutinas grises y en consecuencia, no
podemos tener espacio para nosotros mismos.



Cultivar la espiritualidad a través de lecturas, pequeños cursos,
actividades humanitarias, son claves para elevar nuestra autoestima y
convertirnos en mejores personas. Si somos mejores personas o tenemos la
firme convicción de mejorar, milagrosamente se irán sucediendo hechos
positivos en nuestras vidas. Ahora, en relación con los celos, una
elevada autoestima será útil para minimizar todo aquello que antes nos
angustiaba, nos incomodaba o nos hacía sentir inseguridad con el otro.
No podemos vivir presos de suposiciones. No podemos vivir comparándonos.
Mejor, superarnos. Mejor, centrarnos en mejorar para poder sostener en
armonía nuestro pequeño gran universo.

Categoría: Autoestima | Agregado por: TerapiasDiarias (21.de Marzo.2011)
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